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Elvira Madigan (1967)

Elvira Madigan
87 min.
6,6
481
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Escena inicial con créditos
Sinopsis
Un aristócrata, teniente de la caballería sueca, decide abandonar el ejército y a su familia para marcharse con una emancipada y bella artista de circo. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Drama de época Siglo XIX Basado en hechos reales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Suecia Suecia
Título original:
Elvira Madigan
Duración
87 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1967: Cannes: Mejor actriz (Pia Degermark)
1967: Globos de Oro: 2 nominaciones, incluyendo Mejor película de habla no inglesa
1968: Premios BAFTA: Nominada a Mejor fotografía y mejor promesa (Degermark)
9
Del amor y la belleza
Lástima que esta película, que tuvo buenas críticas en su aparición, esté hoy tan injustamente olvidada. Se comprende: no vivimos precisamente tiempos de romanticismo, y «Elvira Madigan» es, probablemente, la película más radicalmente romántica que se haya filmado nunca, lo que la sitúa en las antípodas mismas del espíritu de nuestra época; tan ajena a este mundo como puedan serlo Novalis, Hölderlin o Friedrich.
¿Cuándo, por última vez, una pareja se suicidó por amor? (no desvelo nada: el desenlace de la historia se nos cuenta, con acertado criterio, en la primera escena de la película). Ahora las gentes se suicidan más bien por asco y aburrimiento, por defecto y no por exceso. Antes —es decir, en tiempos menos bárbaros—, cuando dos amantes veían su amor impedido por unas estructuras sociales asfixiantes, podían todavía «echarse al monte», como Sixten y Hedvig, nuestros dos protagonistas. Ahora, por el contrario, lo sensato es regular la situación, tramitar divorcios en el juzgado correspondiente, buscar en el periódico una hipoteca asequible y acomodarse al necesario calendario de la mezquindad programada...
Afirmación exaltante y exultante de la individualidad (de la individualidad a dos) frente a la devastadora socialización que ya se anunciaba en la época, cántico a una concepción del amor que no sabe de riesgos calculados ni compromisos consoladores, Elvira Madigan es una obra radical en múltiples sentidos: radical en su propuesta ética y estética, radical en su paradójica exaltación de una vida superior, radical en su intransigencia con la mediocridad... y, desde luego, una de las más bellas películas, en mi opinión, que se hayan filmado nunca.
Se le ha criticado su esteticismo, esos paisajes «irreales» que —se ha dicho— parecen propios de un anuncio de carretes fotográficos. Pero, ¿por qué no podría plasmarse en una película la naturaleza en todo su deslumbrante esplendor? Si es preciso llenar un paraje de basuras y aguas cloacales para que pueda resultarnos real, habría que empezar a preguntarse por el verdadero sentido de nuestra «realidad». Me admira la estética triste y gris de Bela Tárr, por ejemplo, pero eso no me impide maravillarme ante la estética luminosa y policroma de Widerberg en esta película hermosa y fascinante.
Cuanto tanto genio de la provocación anda suelto por ahí, pretendiendo sorprendernos con originalidades que, dicho sea de paso, ya no generan, por lo repetido, sino indiferencia y tedio, Widerberg nos anonada con la belleza y el amor: la única provocación posible en un escenario de fealdad y agresión normalizadas.
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25 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EL AMOR ES LA ÚNICA AVENTURA VERDADERA
Amorosa película sobre dos famosos enamorados de finales del siglo XIX, el conde Sixten Sparre, teniente de la armada sueca, de 35 años, y la danesa Elvira Madigan, una acróbata o equilibrista de alambres, de 21 años de edad; él estaba casado y con dos hijos, pero a ella no le importó dado que pudo más el amor sin remedio de uno por otro y viceversa; hasta tal punto que él abandonó a su familia, su hogar y su profesión, desertando del ejército y huyendo con su amada Elvira por zonas campestres, pasando necesidades y hasta hambre cuando a los dos se les acabó el dinero y tuvieron que alimentarse de frutos silvestres.

La historia está tan delicadamente contada que se ve como verdadera poesía cinematográfica con escenas de un atractivo especial como cuando ambos comen en el campo sobre un mantel, uvas, pan y queso, precisamente la comida que sabe a besos, y beben vino; o cuando ella practica sobre un cordel atado a dos árboles sus ejercicios acrobáticos y mientras es espiada por la casera donde se hospedan, quien comprende en seguida quienes son sus huéspedes, de los cuales hablan los periódicos; o también cuando los dos enamorados acaban de tener una pequeña discusión debido a las carencias económicas que están sufriendo y se separan unos metros entre sí, pensativos, acuclillados en la orilla de un río, entonces él escribe en un papel "perdóname" y lo echa corriente abajo, el agua lo lleva hasta ella que lo coge, lee y corre hacia su amante a besarlo y abrazarlo.

Los besos, las caricias, los entrelazamientos, los abrazos entre los enamorados son de un encanto, una estética y una delicadeza fuera de lo común, este es el gran atractivo del film. Además son notorios y excelentes ambos actores, tanto ella, Pia Degermark, como él, Thommy Berggren, perfectamente escogidos por su enorme belleza facial (los dos tienen los rostros de amor+amor)) y dignos de resaltar por la interpretación perfecta de pareja drogada por la fuerza química más potente del universo, EL AMOR, apasionadamente prendidos uno del otro.

Como todas las grandes historias de amor, ésta también se hace precisamente grande, célebre y famosa por el final.

Fej Delvahe
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24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
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