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El ídolo de Acapulco (1963)

El ídolo de Acapulco
97 min.
4,4
554
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Mickey, un ex trapecista que tiene terror a las alturas a causa de un desgraciado accidente, empieza a trabajar en un hotel de Acapulco como cantante. Pero, para superar su fobia, decide trabajar también en la piscina como socorrista; así tendrá la oportunidad de tirarse desde el trampolín. (FILMAFFINITY)
Género
Musical Comedia Comedia romántica
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Fun in Acapulco
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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5
Viva el vino, viva el dinero, viva viva el amor!!
Es entretenida y divertida. Una excusa para el lucimiento de Elvis, pero está hecha con gracia. Por supuesto Elvis hace de bueno, pero es un bueno un poco chulote americano, frescales y... con un trauma.

Al parecer Elvis no estuvo en Acapulco en ningún momento del rodaje, por lo que todas las escenas donde él sale son de estudio. Este Acapulco es México a través de los ojos de Hollywood, y no sólo por los decorados de estudio donde podemos ver algún cartel de la fachada de una tienda con un palabro mal traducido, sino por la visión de los Mexicanos en si.

Ursula Andress hace un papel un poco pavo, mientras Elsa Cárdenas hace un papel de chicarrona valiente a la que le gustan los hombres muy machotes. Ambas están muy interesadas en ese americano ídolo de Acapulco, al que le sale un rival y por tanto tiene que demostrar (incluso con malas artes) quien es el rey en esta peli. ¿Lo demostrará? ¿Con qué chica se quedará finalmente? Responder a esas preguntas no tiene misterio alguno, pero aunque las respuestas caigan por su peso, si queréis echar una tarde simpática y ver una película sin mucho trasfondo pero que os haga sonreír y chasquear los dedos, os la recomiendo.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
El rey de la decadencia
Otro bodrio protagonizado por el descerebrado emperador de la decadencia, un tipo mítico, un semidios al que se le rinden honores como "rey del rock", pero que sin embargo, abducido por su avaricioso manager y seducido por artificiosos lujos tipo Las Vegas, se dedicó durante la mayor parte de su carrera a cantar olvidables cancioncillas en películas malísimas como esta (a veces protagonizaba cuatro o cinco de ellas al año y todas igual de malas), siempre con su pelo lacado y teñido de negro y sin moverse apenas de los estudios de Hollywood, pues aquí, por ejemplo, en los planos generales filmados en Acapulco le sustituye un doble siempre visto de lejos, y en el momento en que se acerca la cámara ya aparece el verdadero Elvis con los focos del estudio brillándole en la frente y transparencias de palmeras, océano y hoteles recortándose por detrás. Pero este mundo cutre y artificial de película de serie B aun parece bueno si lo comparamos con la monstruosa decadencia de Elvis en la década siguiente, con su exceso de peso, sus trajes blancos de lentejuelas y pata elefante, y sus grotescas poses de artista de las artes marciales intentando sobreponerse al colocón de pastillas ingeridas la noche anterior. Qué pena de hombre. Aunque siempre podremos recordarlo en sus inicios, ese breve y glorioso periodo de la segunda mitad de los años cincuenta en blanco y negro, cuando le prohibían salir en la tele porque sus lascivos movimientos escandalizaban demasiado. ¡Ese Elvis sí que mola! ¡Y además cantaba Rock and Roll!
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7 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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