Charlie Chan en Reno (1939)

Charlie Chan acude en ayuda de un amigo para esclarecer un asesinato en reno, la ciudad que hizo de los divorcios rápidos y de las desgracias de pareja su fuente de vida. Para ello contará esta vez con la inestimable ayuda de su segundo hijo.

Guión enrevesado, lleno de pistas falsas y despistes para gozo del espectador, donde Sidney Toler, la segunda encarnación famosa tras Oland, configura un Charlie Chan igual en dicción a la de su predecesor, aunque con un aspecto oriental es bastante más postizo. También sus diálogos están trufados de refranes y dichos orientales de-medio-pelo.Junto a él, y parece una condición innegociable en este tipo de filmes, aparece el sheriff de turno, que en esta ocasión, no le apoya sino que incluso, por torpe, se inmiscuye en la investigación.

También es de agradecer la presencia de intérpretes orientales, aunque sea en papeles secundarios (recordemos el white-washing en el aspecto protagónico), aunque, paradójicamente, viendo padre e hijo juntos, resulta visualmente algo raro por la diferencia existente.

Con todo, el film es una delicia dentro del género del cine de detectives. Numerosos secundarios impiden al espectador descubrir quién es el asesino hasta la clásica reunión final de acusados.