Lucky Luke (Serie de TV) (1984)

Esta serie pertenece a aquella época dorada de mi infancia, no tan lejana, en que se podían ver dibujos (sanos) por las tardes en la tele pública en vez de a Jorge Javier Vázquez, la pedorra de la Esteban y cuatro cantamañanas más haciendo el tonto.

En términos generales, esta serie se centra en el humor y en la parte heroica de los vaqueros, siendo en parte parodia y en parte tributo al mítico lejano oeste. Quizás pocos sepan que después de Tintin y de Astérix, Lucky Luke es el cómic más popular de Europa continental. Lucky Luke, es conocido por ser "más rápido que su propia sombra", se enfrenta al crimen y la injusticia, deteniendo forajidos, escoltando caravanas de pioneros, o ejerciendo de mediador del Gobierno de EE.UU. en misiones diplomáticas particularmente delicadas.

¿Quién no se acuerda de Jolly Jumper, "el caballo más listo del mundo"? Que siempre acude en ayuda de Lucky Luke cuando es secuestrado o encarcelado por sus enemigos. ¿Y de Ran Tan Plan? Que al contrario de Jolly Jumper, Rantanplan es "el perro más estúpido del universo", absolutamente incapaz de seguir una pista. ¿Y los hermanos Dalton? Que constantemente se evaden del penal donde están recluidos para sembrar el terror en las poblaciones vecinas y para cumplir el sueño de Joe Dalton: acabar con Lucky Luke. Cosa que, por supuesto, nunca consigue

Por cierto, he de mencionar el buen doblaje al español de estos dibujos, donde realmente se hizo un trabajo óptimo en todos los personajes que aparecen a lo largo de los 16 capítulos.

Para mi, una serie infantil muy recomendable para los peques.

Saludos!!

Veníamos de nadar, en la piscina, verano, verano, y veíamos Lucky Luke.
Hay algo que nunca se puede olvidar, por más que no se recuerde.
En Zaragoza hay unos pinares venecianos que reciben el mismo aire -la misma ausencia-,
en ese tiempo infantil cuando todo carece de horizonte.
Igual que ciertos lugares -lugares vírgenes o casi; no diré lugar de la memoria- poseen ciertos caminos que nadie explorará nunca sin perderse para siempre porque son los únicos que han existido, siempre se conservarán, son los únicos que nunca habrá. Igual que eso, del mismo modo, igual.
Veíamos Lucky Luke y lo que no he dicho es que más allá de esos pinares no hay sino desierto, desierto tierra, arenisca, y quizá leves senderos que se asoman, tierra, era, fue.
Apenas recuerdo si el cowboy plantaba postes.
Sólo se puede, el hecho de que compartan el mismo escenario sin trazar límite no hay,
mismo desierto.
Llegaban ecos de ese polvo naranja, bajo un sol amarillo. Llevados del viento.
-Un día los recorrería.
Igual que cuando el jinete raya el crepúsculo y se va -¿volverá mañana?-,
ha de recordarse -sólo había; siempre habrá-
esa luz.