Whispering Footsteps (1943)

Se trata de una crítica social, una crítica a los rumores, al cotilleo. Son temas muy superados hoy día en el que todo se mide con pulcra exactitud, en el que un comentario fuera de lugar puede ocasionarte graves prejuicios e ir con las consecuencias muchísimo más allá del mismo valor del comentario, realizado con poca fortuna pero seguramente sin más intención que el simple hecho de abrir la boca por no callar, incluso no faltarían demandas contra el comentarista, más un acoso apabullante de twits demoledores y una condena al ostracismo de por vida. Por eso la gente hoy calla, se abstiene incluso de mirar con recelo, no sea objeto de una denuncia por intromisión al honor.

En este caso, el perjudicado, un humilde empleado bancario, sufre una especie de odioso escrache, sin llegar a tanto pero sí que le miran mal por ejemplo en la pensión en la que vive, tan solo porque se parece a la descripción dada en los periódicos de un asesino en la sombra. Hay que situarse, por entonces, un asesinato era noticia de primera página, un acto de violencia seguido con interés y miedo por una incomprensión total del acto en sí. Por desgracia, también esto es algo superado hoy día y además que el asesinato ya se vende barato.

Lo que resulta más inverosímil es que a este hombre se le someta a tan estrecho marcaje por esa débil prueba de que “se parece al asesino” y demás ridículas sospechas. Aún así la película está bien desarrollada y los peones que se alternar y se mueven alrededor del sospechoso están bien colocados por lo que la película no decae, no decae como sí lo hace el ánimo del banquero, que de ser un ciudadano ejemplar empieza a asustar, a caer mal y a provocar alaridos de la niña que se cruce con él. De todas formas, excepto los crímenes en sí, lo demás tampoco es para tanto, tanto de una parte como de la otra.