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Siete años de mala suerte (1921)

Siete años de mala suerte
62 min.
6,9
225
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Sinopsis
El supersticioso Max rompe un espejo... y a partir de ahí la mala suerte parece acompañarle. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Cine mudo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Seven Years Bad Luck
Duración
62 min.
Guion
Fotografía
Compañías
7
El espejo de Max Linder
La vida de Max Linder da para una película dramática. De clase alta, pionero del cine, combatiente en la Primera Guerra Mundial, estrella del cine cómico, celebridad en Francia, admiración mutua con Chaplin, etapa americana sin el éxito esperado, problemas psiquiátricos, adicción a las drogas…y suicidio en París a los 42 años llevándose por delante a su joven esposa. Posteriormente el olvido. Nadie lo diría viendo esta alegre película, rodada cuatro años antes de su desaparición. Pertenece a su etapa americana y en ella se muestra imaginación y talento, aunque el guion sea algo deshilvanado y una excusa para los gags. Al contrario que Chaplin, Linder solía interpretar a un millonario distinguido, al que le ocurrían toda clase de percances. Aquí hay una buena selección. Incluso tiene una secuencia para la historia de la comedia que comento en el spoiler.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cuando el humor se hace para honrar al arte
Una superstición es una especie de acción o conducta (romper un espejo, pasar bajo una escalera…) sobre la cual se guarda el temor neurótico de que, de llegar a hacerla, voluntaria o involuntariamente, acarreará luego una desgracia. También se aplica la superstición al hecho de encontrarse con cierto tipo de animal (un gato negro, una mariposa oscura…) y la persona suele sugestionarse de tal manera que, de hecho, atrae aquello que tanto teme. Cada caso en que se compruebe que, tras la acción o el visionado respectivo, ha sucedido la temida desgracia - ¡pura coincidencia o ley de atracción! - refuerza la propagación de las supersticiones… y la sociedad, así, sigue rezagada hasta la eternidad.

Cada superstición suele tener una explicación en hechos del pasado (en ocasiones más inocentes de lo que se imagina). ¿De dónde proviene la superstición de que tras romper un espejo se avendrán siete años de mala suerte?

En la Europa del siglo XV y XVI, se pusieron de moda los grandes y muy costosos espejos de vidrio incrustados en lujosos marcos de plata... y éstos comenzaron a adornar las habitaciones de la aristocracia y de todas las gentes pudientes. Ante el temor de que sus sirvientes pudiesen romperlos durante las labores de limpieza, los amos comenzaron a amenazarles con cargar a su sueldo el costo de tales espejos si ésto ocurría… y el costo era tan alto y los salarios tan míseros que, en ocasiones, podían pasar cinco, seis o ¡siete años! para que una doncella pudiese pagar su deuda. Por supuesto, él o la empleada, nunca veía la factura de compra… y no faltaron casos en que tuvieron que servirse de sus propios cuerpos para abonar a la deuda.

Comenzó, entonces, a circular el rumor entre los sirvientes de las grandes casonas y palacios de “¡Cuidado lo rompes porque tendrás siete años de mala suerte!"... y lo curioso, es que llegó el día en que los amos comenzaron a creer que el cuento también iba con ellos, y desde entonces, comenzaron a ocurrir casos como el que ahora nos cuenta, Max Linder, en su divertida película, donde, precisamente, la secuencia del espejo es memorable. ¡Reconocimiento imprescindible a, Harry Mann, por su perfecta coparticipación en este acto!

<<SIETE AÑOS DE MALA SUERTE>>, es el segundo título de la trilogía que, Max Linder, realizara en los EE.UU., en la década del 20', la cual le bastó para pasar a la historia como uno de los Grandes… y es que hay que ver su compromiso con el arte, con el humor depurado hasta la obsesión, y con esas precisas puestas en escena, para comprender que, lo que hizo, se merece todos los aplausos.

Amén de la celebérrima escena del espejo, la larga secuencia del tren es también maravillosa, y aquí toca hacer reconocimiento de, Hugh Saxon, quien, como el guardia que persigue a Max el polizón, resulta inolvidable. En fin que, el embrollo en que se verá metido Max, el millonario, por romper su propio espejo, es todo un goce y uno queda con ganas de darle un abrazo a, Max Linder, por su gran aporte a la comedia cinematográfica.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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