arrow

La pícara soltera (1964)

La pícara soltera
115 min.
6,3
825
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Alquiler
Compra
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Bob Weston es el canallesco editor de una publicación que se vanagloria de difamar a los protagonistas de sus artículos. Su próxima víctima será la psicóloga Helen Brown, autora de una guía para que las mujeres solteras encuentren al hombre de sus sueños. Bob quiere entrevistarla, pero Helen se niega a recibirlo, así que tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Comedia Comedia romántica Periodismo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Sex and the Single Girl
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
"Divertida comedia dirigida con muchísimo ingenio por Richard Quine. Diálogos llenos de chispa"
[Diario El País]
7
Las vírgenes también van en coche
Aunque irregular, quizá porqué maneja diferentes registros de humor sin acabar de decantarse por ninguno, pienso que esta película se mantiene como una estupenda comedia del cine americano de los sesenta.

Natalie Wood se convierte aquí en la más bella psicóloga de la historia del cine, y quién sabe si de la vida real, aunque desde un punto de vista profesional en una de las más improbables —lo cual no tiene la mínima importancia, tratándose de una comedia, donde los oficios son estereotipos para favorecer la risa—. Su interpretación tiende a un cierto componente histriónico, que puede recordar al Cary Grant de "Arsénico por compasión", una fuente de la que quizá también debiera haber bebido Tony Curtis, para mi gusto algo envarado, lo que perjudica la química cómica entre los personajes.

En ellos se concentran las situaciones que pretenden ser más "modernas" o "atrevidas", acordes con la época del rodaje, pero que paradójicamente son las que han envejecido peor; de hecho, tanto en la franqueza sexual como en la crítica social a la manipulación de los medios, distan mucho de la eficacia que en esos mismos años confería Billy Wilder a películas como "Bésame, tonto" o "En bandeja de plata", que todavía hoy se mantiene vigente.

Por su parte, el matrimonio maduro que forman Fonda y Bacall, aparte de mostrar una química y unas interpretaciones excelentes, nos lleva de retorno a la mejor alta comedia del cine americano; no en vano, a ella le corresponden las más ingeniosas réplicas, deudoras de los diálogos que encontramos en los grandes títulos de Lubitsch o Cukor (*ver Spoiler).

Y ya en el último tercio de la película retrocedemos aún más, en un homenaje al más puro slapstick y gags al estilo de Buster Keaton, con una tronchante persecución automovilística que reúne a personajes principales y secundarios no siempre en los mismos coches. Se podrá cuestionar el encaje de esta "set piece" con el tono del resto de la película, pero personalmente debo decir que, en sí misma, vista casi como un cortometraje independiente, siento una especial debilidad por ella.

Finalmente, destacar también que en medio tenemos tiempo todavía para gozar con el eterno secundario humorístico Edward Everett Horton, ver las dotes para el baile de Mel Ferrer o reír con las referencias a Jack Lemmon, y en definitiva al propio Curtis, cuando éste acaba vestido con una bata de mujer.
[Leer más +]
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Si no se ríe con esta película....
...algo malo le pasa.
Esa era la frase promocional de mucha comedias en periódicos locales durante la época dorada del cine de verdad. Cine al que pertenece este film. Richard Quine nunca jugó en la liga de Wilder o Edwards, pero siempre estuvo jugando la liguilla de ascenso. Richard Quine con la endeble "Encuentro en París" retrocedía lo que avanzaba con "Como matar a la propia esposa". Quine fue un grande que no encontró sitio entre los grandes, y merece hoy una reivindicación. Su mejor reivindicación puede ser esta película, grandiosamente vodevilesca, absolutamente deudora del humor del mudo, a partes iguales según en qué momento. Claro, que era el momento.... ahí está la coetánea "El mundo está loco, loco, loco, loco".
En cualquier caso, hablemos con claridad: Tony Curtis se divierte y además se rie de sí mismo en su más famoso papel (bueno, se rie de Jack Lemmon). Natalie Wood está espléndida. Edward Everett Horton roba cada escena en la que interviene. Y cada momento entre Fonda y Bacall es único. Mel Ferrer.. bueno... es Mel Ferrer.
Veanla. Diviertanse. Rían. No le busquen tres pies al gato... que no los tiene. Y verán como se puede disfrutar con una tontería, reconociendo lo fundamental: es una tontería bien hecha.
[Leer más +]
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre La pícara soltera
Fichas más visitadas