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Typhoon Club (1985)

Typhoon Club
115 min.
6,7
87
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Trailer (JAPONÉS con subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
Un grupo de jóvenes queda encerrado en un Instituto mientras dura un potente tifón en Tokyo. En ese periodo los jóvenes se dedican a destapar sus frustraciones, y todas las dificultades que les impiden encarar con optimismo el paso a la edad adulta. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Colegios & Universidad Catástrofes Adolescencia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Taifû Kurabu
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1985: Festival de Tokyo: Mejor película
7
Sublime
A la pregunta de por que le he puesto un 7 a esta maravilla, (que seguro que más de uno se lo pregunta), sencillo hay dos maneras de ver esta peli, una es cansarse que seguro que la mayoría lo haría y luego explicar el motivo que seguro que sería algo asín es: aburrida, lenta,rara etc.
La segunda manera de verla es la de entrar en la actitud de los personajes un análisis y intentar resolver el motivo de su comportamiento. La película es una muestra clara de los que es entrar en el mundo adulto dejando atrás esa inocencia que todos tenemos de niño todo eso llevado al limite como siempre hacen los japoneses en sus películas.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
"Con las nubes en lo alto, al fin llegan las vacaciones de verano. Las lluvias se despiden de nosotros..."
Se despiden con una serie de cambios que a todos trastocarán, no sin antes estallar la furia de un tifón. Tifón emocional, espiritual, natural, físico. El cielo era azul para una joven generación que ahora se enfrenta a una oscuridad perpetua.
Los relámpagos son destellos de verdad absoluta...

Shinji Somai continúa dando una forma única a su cine, y en un año tan prolífico como 1.985 se hace cargo del guión de Yuji Kato, que ha quedado finalista en un concurso de talentos organizado por la Directors' Company, donde trabaja; la Art Theater Guild colabora en la realización de "Typhoon Club", y esto da al director una libertad creativa total. Si se distinguirá en su carrera por analizar mejor que nadie los efectos que padece la joven generación del momento con respecto a la sociedad en la que habita, esta obra será el paradigma de ello. Dividida en dos partes, la historia nos presenta a una serie de adolescentes de la ciudad de Saku y sus días escolares.
Primer instante vital: en la piscina del centro unas chicas se reúnen y bailan alegres mientras un compañero las espía, por lo que intentan darle una lección, casi ahogándolo. Llegan al rescate otros dos amigos. Júbilo y muerte unidos de la mano bajo una puesta en escena estilizada y basada en el sello por excelencia de Somai: los largos-planos secuencia; por medio de esta técnica entramos en las existencias de los protagonistas manteniendo una prudente distancia, y casi siempre situándose la cámara entre ellos y un muro físico (una ventana, una puerta), que les separa de un espacio natural para habitar el suyo propio.

Da la sensación de que les observamos como "voyeurs". Segundo instante vital: en mitad de la clase de matemáticas y a la vista de todos el profesor Umemiya es humillado por la madre de su amante, una mujer casada; vital porque otra distancia se impone: la del mundo de los adultos y los jóvenes. A mitad de esos '80 y disfrutando la clase media de su conformismo gracias a la creciente prosperidad económica que vive el país, los adultos parecen estancados en sus intereses; otros no pueden vivir el sueño porque no han podido emigrar a la ciudad. Alrededor de los chicos protagonistas no hay adultos que adorar ni emular...
Los padres están ausentes y la única figura de autoridad sólo proporciona un oscuro presagio de lo que en un futuro cercano se convertirán el desequilibrado Ken, el precoz Kyoichi, el imbécil de Akira, la infantil Rie y la arrogante Michiko. Todos ellos se preocupan a su modo por su porvenir mientras algo se aproxima, ese tifón del título que es a su vez un fenómeno natural y simbólico, tercer instante vital. Haciendo uso de todo su esfuerzo pues en los meses de verano que duró el rodaje Somai y su equipo se encontraron con el clima más árido que pudieran esperar, en la 2.ª parte toma protagonismo la lluvia incesante y al tiempo que se intensifica la tormenta también lo hacen las emociones viscerales de los compañeros.

Somai utiliza a la perfección sus planos largos no sólo para atraparles en espacios cerrados que figuren la hermética sociedad adulta que les acorrala y frustra; estos chicos están encerrados en sí mismos, aprendiendo del conformismo y destacando el individualismo por encima de la comunidad, la unión colectiva, expresado en boca de Kyoichi. El mayor impedimento del guión es hacer de ellos unos inadaptados incapaces de expresarse a través de diálogos o interacciones "normales", sino de sus actos, revelando una conducta desviada, extraña y violenta.
La intención de Kato resulta críptica, la mayoría de veces incomprensible, y Somai subraya la importancia de esta interpretación de las acciones de los protagonistas por medio de su elaborado estilo visual. Hay que mirarles y entenderles: confinados en los muros del centro al tiempo que afuera estallan los truenos, sus miedos, lujurias, inseguridades, también se destapan furiosos; pero como cada uno vive encerrado en su propia burbuja y con sus propias manías, su proceso de mutación y formación nunca se llega a consumar. Están a medio hacer, como todos los adolescentes que no saben a qué mundo pertenecen, al de los niños o al de los adultos.

El cineasta oscurece mucho más el tono conforme la noche y el tifón se les echa encima; nos asfixia con situaciones de pura violencia física y psicológica (la persecución infatigable de Ken a Michiko), alecciona con instantes inquietantes (Umemiya borracho prediciendo a Kyoichi su negro futuro) y confunde con momentos cuasisurrealistas (¿Rie en el apartamento de un universitario que se ha encontrado en Tokyo tras huir de casa?). De hecho las varias situaciones de conjunto que componen la 2.ª parte (curioso, todos están juntos en cuerpo, pero muy alejados en espíritu) se verán coronadas por extrañísimos clímax de gran tensión emocional y visual.
Se recuerda para siempre el baile bajo la lluvia que los muchachos realizan desnudándose (secuencia que dio problemas a Somai, pues sus actores eran menores de edad), en un acto de comunión con la naturaleza y entre ellos mismos que es a su vez un acto de rebeldía absoluto, ya que los adultos están encerrados en sus casas guareciéndose de la tormenta. La decisión última de Kyoichi, desarrollada en una tensa secuencia de casi diez minutos sin cortes, es tajante: ¿quién quiere llegar a ser un adulto como los que nos rodean? El alegato es atroz, feroz, triste y curiosamente esperanzador.

Por ello "Typhoon Club", si bien no captó mucha atención al principio, sí gozó de una acogida triunfal en el Festival Internacional de Tokyo, presidida por un Bertolucci que quedó impactado con su estilo y su mensaje.
La ganadora fue la actriz Yuki Kudo, así como Yuka Onishi en el Festival de Yokohama. Lógico; ambas, soportando las duras exigencias físicas y mentales que les hizo pasar Somai, logran unas actuaciones magistrales (sus respectivas escenas de la carrera por las calles de Tokyo bajo la lluvia y la huida por los pasillos del centro son prueba de ello...).
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