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Wicker Park, el departamento (2004)

Wicker Park, el departamento
114 min.
6,3
8.684
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Sinopsis
Desde el momento en que Matthew ve a Lisa por primera vez se obsesiona con ella: la sigue, se conocen y en seguida se enamoran. Todo parece perfecto hasta que un día ella desaparece sin dejar rastro. Dos años después, Matt ha rehecho su vida, pero todavía vive atormentado por su recuerdo y por una serie de preguntas sin respuesta. De repente, un día, ve a alguien en un bar que podría ser ella. A partir de ese momento empieza una enrevesada y obsesiva búsqueda de alguien que quizá ahora está jugando con su mente. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Intriga Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Wicker Park
Duración
114 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
2004: Festival de Montreal: Sección oficial largometrajes a concurso
Remake de "L'Appartement" (1996), un thriller de intriga francés escrito y dirigido por Gilles Mimouni y protagonizado por Vincent Cassel y Monica Bellucci. En Estados Unidos "Wicker Park" obtuvo críticas dispares, siendo mayoría las que lo consideraron un drama de suspense "a lo Hitchcock" entretenido y algo confuso, de resultados finales bastante mediocres y en cualquier caso inferior a la película original.
[FilmAffinity]
"La trama sólo da para un telefilme, pero la argucia consiste en alterar el montaje, cortar acá, pegar acullá y, ya que estamos, incluso perder algún fragmento, de modo que el espectador se desoriente y tarde más de diez mintuos en adivinar el final."
[Diario ABC]
9
2
Positiva
4
Neutra
3
Negativa
8
Compleja, pero fascinante
Cuando empiezas a ver "Obsesión", te preguntas qué te están contando. Piensas que el director y, sobre todo, el guionista se han equivocado en el planteamiento. Todo es confuso, increíble y lleno de flashbacks y momentos presentes que no definen bien cada situación. Ni siquiera se entiende bien muchos aspectos que puedan unir a los personajes. Parece un vulgar o mal intento por copiar un argumento de Hitchcock o a Brian de Palma con esos planos paralelos de cámara. En resumen, durante los primeros minutos sólo consiguen que mantengas la atención un buen Josh Hartnett (mucho mejor alejado de la comedia) y, especialmente, la bella Diane Kruger (a la que al fin ha reconocido la crítica en "Copying Beethoven" como más que una modelo, cuando yo ya aposté por ella como actriz desde que la descubrí en "Troya").
Sin embargo, a diferencia de otras cintas, "Obsesión" me decía que tenía que darle una oportunidad. Posiblemente me recordaba una experiencia propia con una chica de la que ya no supe nada un día, y que me dejó con la incertidumbre de cómo podrían haber sido las cosas de haber funcionado (quizá este elemento es el que acierta en que el espectador pueda sentirse en parte identificado con los personajes, pues todos nos hemos enamorado alguna vez). Lisa es una metáfora de esa chica, un "fantasma" que sigue siendo real como en la mente de Matthew.
El caso es que continué viéndola y, efectivamente, con la irrupción del personaje de Rose Byrne todo comenzó a cobrar sentido. Puede que tenga defectos en que después también sigue predominando la confusión, pero es innegable que la cinta, a partir de ese momento, se hace mucho más llevadera y entretenida, con evidentes reminiscencias al "Vértigo" del mago británico del suspense. Además, se concretan las motivaciones que llevan a actuar a cada personaje de ese modo.
Posiblemente algunas personas habrán bajado la nota de "Obsesión" por considerar que esos juegos caprichosos del destino puedan ser demasiado forzados, o por culpa de ese final previsible (aunque la mirada recíproca sin palabras dice mucho más que un diálogo).
Todo lo contrario que mi opinión. Bajo mi punto de vista, "Obsesión" merece pasar de un 7,5 a un 8 por... (ver spoiler)
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62 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Jugando a destrozar ilusiones
Cada vez resulta mas difícil analizar los condicionantes básicos que un material debe tener para aportarnos. Se le puede repudiar por exceso de lucidez, procurándonos poca marcha al cerebro. Igualmente corre la misma suerte porque no nos proporciona nada a nuestro devenir moral. Incluso se le vapulea convirtiendo la ignorancia propia en una virtud sistemática; esto es: "es mala porque no me he enterado de nada".
Por ello, haciendo un muestreo de esos condicionantes que decantan nuestro veredicto, no se llega a una solución clara.
La naturaleza o propiedad de ésta película es bien sencilla: él se enamora de ella, ella de él, y surge un tercero que se encargará de desestabilizar la relación. Y punto.
Quizá tras ese punto no haya nada relevante, pero lo que se descarta es que no haya nada.

Rebuscando en ese espacio, comienzan a surgir temas interesantes:

Existen claras diferencias entre este producto y cualquiera de serie z que ni se distribuye en video, que va a parar a las sobremesas de televisión y que solemos pasar sin mirar siquiera su nombre.
Una de ellas es que el ritmo narrativo ha sido alterado, alejándose de la vicisitud acostumbrada, hecho que a personas poco perseverantes no les gustará ni un pelo.
Otra es la constancia en la cámara de McGuigan, que solapa continuamente la intriga y que nos hecha por tierra nuestras actitudes adoptadas sobre el nudo narrado. ("El caso Slevin siguió con esa línea).
La interpretación de Rose Byrne es bastante compleja; y es así porque penetra en tu subconsciente, que también es extremadamente complejo, y consigue que te atrape y te convenza. Ella es el claro ejemplo de "persona buena y persona mala"....en apariencia.
Y el todo es convincente porque no te venden ilusiones con demagogia, ni tratan de aleccionarnos para que el público alienado las acepte. Porque estar enamorado te provoca que hagas cosas que nunca te imaginarías que harías (perdonen el sentimentalismo), aunque sepas que son incorrectas.

En el desenlace, McGuigan juega a mostrarnos lo que querríamos ver, o lo que debería haber sido lo correcto en realidad. De todos modos, el resultado es hipnotizante:
Todas las personas que abarrotan el aeropuerto, van y vienen, se desvanecen, desaparecen. Y toda la inmensidad del mundo se reduce a vosotros dos. Todo mucho mas emotivo escuchando a Coldplay cantar "The scientist". Así debería ser.
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26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
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