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Cada vida es un mundo (1951)

Sinopsis
Tres relatos de W. Somerset Maugham. En el primero encontramos a un hombre dedicado a los negocios y preocupado por su hermano libertino, para el que consigue la mano de la tercera mujer más rica del mundo. En el segundo, la tripulación de un carguero, harta de la cháchara incesante de una solterona que viaja a bordo, encarga a un camarero francés que la seduzca. En el tercero, una pareja que trabaja en un club nocturno encuentra problemas cuando ella se niega a continuar saltando al agua desde una gran altura... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Película de episodios
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Encore
Duración
89 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de W. Somerset Maugham Aesop's Fables Maugham Concerto Trilogy
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7
Más divertidas y aleccionadoras historias de W. Somerset Maugham
Junto a “Cuarteto” y “Trio”, “Encore” (CADA VIDA ES UN MUNDO) culmina la trilogía de obras cinematográficas que, con magníficos cuentos del gran escritor, W. Somerset Maugham, se realizara en Inglaterra, entre 1948 y 1951. Presentadas de nuevo por él mismo, esta vez son tres historias que estuvieron en manos de los directores Pat Jackson, Anthony Pelissier y Harold French, respectivamente, y en las cuales habrá nuevas sorpresas y muy interesante lecciones de vida que, bien seguro, nos motivarán unas buenas sonrisas… y probablemente, una penosa vergüenza.

El primer cuento parodia la vieja enseñanza de Esopo y con el título invertido, “The ant and the grasshopper” (La hormiga y la cigarra), nos cuenta la historia de los hermanos Ramsey, de los que George (Roland Culver), es un hombre disciplinado y dedicado a su trabajo, pudiendo mantener un nivel social bastante respetable; mientras que, Tom (Nigel Patrick), es un “holgazán, inútil y disoluto” y va a verse abocado a trabajos de tercera categoría como recurso para presionar a su ya hastiado hermano. Pero una oportunidad va a llegar a su vida y Tom va a aprovecharla para sorpresa del mundo entero… porque a veces, con un buen canto, el universo puede sentirse complacido.

“Winter cruise” (Crucero de invierno) nos habla de un viaje en barco que realiza la señorita Molly Reid (Kay Walsh), una mujer inteligente y afable, pero que habla como una lora mojada, y pronto tendrá a los miembros de la tripulación -a quienes frecuenta durante el trayecto- a punto de hacerle un consejo de guerra… hasta que, al médico de a bordo (Ronald Squire), se le ocurrirá una ingeniosa idea y pronto sabremos quién alecciona a quien.

Tras estas afortunadas dosis de comedia, “CADA VIDA ES UN MUNDO” concluye con una dramática historia, “Gigolo and Gigolette”, en la que deberíamos alertar nuestro inconsciente, porque muy sutilmente, escritor y director van a involucrarnos en la poderosa lección que está latente en los hechos que aquí se cuentan. Se trata de una atractiva mujer, llamada Madame Stella (Glynis Johns, quien aparece también en un cameo en el primer episodio), quien, con la asistencia de su esposo, realiza un riesgoso espectáculo saltando desde una escalera de 24 metros de alto, hasta un tanque de agua de 1.5 metros de profundidad, cuya superficie es regada con aceite que es encendido en el momento previo a su salto.

Todo andará bien, hasta el momento en que, Madame Stella conoce a la señora Penezzi (Mary Merrall), otra vieja gloria del espectáculo y entonces las dudas y los temores entrarán en su corazón, al tiempo que se cuestiona sobre los particulares intereses del público. Me sentí ruborizado al terminar de ver este segmento... y quizás, a muchos de ustedes les ocurra algo parecido.

W. Somerset Maugham sabía harto de la esencia humana.

Título para Latinoamérica: “CADA VIDA ES UN MUNDO”
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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