Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Andrew Shepherd (Michael Douglas), el Presidente de los Estados Unidos, acaba de enviudar. Sin embargo, inicia un inesperado romance con Sydney Wade (Annette Benning), miembro de una importante organización ecologista. En plena campaña electoral, su rival, el republicano Bob Rumson (Richard Dreyfuss), aprovechará esa relación para desacreditarlo. (FILMAFFINITY)
- Género
- Romance Comedia Drama Comedia romántica Política
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1995 / Estados Unidos
- Título original:
- The American President
- Duración
- 114 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
Douglas y Bening se enamoran. Él es el Presidente de los Estados Unidos de América, pero también un viudo simpático con una hija a la que cuidar. Ella es defensora del medio ambiente, y está en contra de la política de la Casa Blanca. O sea, él contamina... pero también la conquista. Así, medio enfrentados pero con contagiante complicidad, cual par de adolescentes, ambos comienzan un encantador juego de seducción (incluso un noviazgo en el que el asunto no decae) que encandila al espectador. Escrita por el creador de la exitosa serie de TV "The West Wing" (El ala oeste de la Casa Blanca) es, sin ningún género de dudas, una de las mejores comedias románticas americanas de los años noventa. Blandita, sí, pero con mucho encanto.
Pablo Kurt
[FilmAffinity]
10
9
Positiva
1
Neutra
0
Negativa
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Una muy fresca manera de pasarla bien
19 de marzo de 2006
Y sí. Uno se sienta verla - alguna vez fue la primera - y le quedan deseos de volver a verla. Recuerda a aquellas viejas películas en las que todo resultaba lindo, uno salía bien del cine (aun cuando se trataran problemas serios - y en esta película está nada menos que "un presidente de los EEUU" que debe resolver asuntos muy difíciles, dar la orden de atacar y matar, enfrentar la opinión pública... y además enamorarse...)
Aquí se da todo, uno siente que es una realidad que puede estar pasando ahora (bueno, bah, Michael Douglas es mucho más agradable que Bush pero las tareas deben ser las mismas.) Y uno se preocupa con ciertas decisiones y se emociona con otras. Y sale feliz del cine, con la seguridad de que ha gozado de un momento en que todo parecía fácil, en que la vida real se nos metía adentro pero éramos capaces de entender el difícil mundo de la política. En cambio, el del amor, lo entendemos con suma facilidad. Y es tan hermosa Annette Bening y es tan simpático Michael Douglas - por no hablar de sus dotes actorales - que bien valen los tres, actores y película más el agregado de los geniales actores secundarios el decir que Mi querido presidente - como se la llamó en Argentina - es un muy grato film.
Aquí se da todo, uno siente que es una realidad que puede estar pasando ahora (bueno, bah, Michael Douglas es mucho más agradable que Bush pero las tareas deben ser las mismas.) Y uno se preocupa con ciertas decisiones y se emociona con otras. Y sale feliz del cine, con la seguridad de que ha gozado de un momento en que todo parecía fácil, en que la vida real se nos metía adentro pero éramos capaces de entender el difícil mundo de la política. En cambio, el del amor, lo entendemos con suma facilidad. Y es tan hermosa Annette Bening y es tan simpático Michael Douglas - por no hablar de sus dotes actorales - que bien valen los tres, actores y película más el agregado de los geniales actores secundarios el decir que Mi querido presidente - como se la llamó en Argentina - es un muy grato film.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reiner de segunda, Capra de tercera
19 de julio de 2011
Rob Reiner abrazó la brillantez en varias películas antes de abonarse a los patrones propios del cine-que-ni-mata-ni-engorda. Como consecuencia de ello, su carrera pasó de ser prometedora a mercenaria y acomodaticia.
Un buen ejemplo de lo que un servidor quiere decir lo encontramos en 'El presidente y Miss Wade', reformulación del modelo capriano en clave académica y previsible aunque, dígase ya, poseedora de un logrado y simpático aroma que imposibilita la aparición de muecas de disgusto a lo largo del metraje. Al mismo tiempo que resulta muy difícil de odiar, su convencional manejo de los mecanismos del melodrama romántico la convierten más en un proveedor de sonrisas bonitas y baratas que en una obra para el recuerdo.
Reiner debería haber intuido que evitar la filtración de lo 'kitsch' en su película no era suficiente para convertirla en buena. Pero para pasar la tarde nos conformamos.
Un buen ejemplo de lo que un servidor quiere decir lo encontramos en 'El presidente y Miss Wade', reformulación del modelo capriano en clave académica y previsible aunque, dígase ya, poseedora de un logrado y simpático aroma que imposibilita la aparición de muecas de disgusto a lo largo del metraje. Al mismo tiempo que resulta muy difícil de odiar, su convencional manejo de los mecanismos del melodrama romántico la convierten más en un proveedor de sonrisas bonitas y baratas que en una obra para el recuerdo.
Reiner debería haber intuido que evitar la filtración de lo 'kitsch' en su película no era suficiente para convertirla en buena. Pero para pasar la tarde nos conformamos.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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