Helsinki-Nápoles, todo en una noche (1987)

Los hermanos Kaurismäki tienen un talento innato para hacer un estandarte de esa legión de marginales o semi-marginales noctámbulos que circulan por toda ciudad; borrachuzos, taxistas, prostitutas, desempleados, vigilantes nocturnos, asiduos a bares y garitos de dudosa reputación, gángsters y algunos inclasificables. Un don para lo chabacano y lo cutre.
Berlín Oeste luce sucia y encharcada, plagada de inmigrantes que se buscan el pan por medios más o menos lícitos e ilícitos, obreros y timadores de poca monta que laten por conseguir algo mejor. Finlandeses, rusos e italianos ahí revueltos, protagonizando una noche alocada de robos, persecuciones, secuestros y desastrosas aventuras que giran en torno a un maletín cargado de dinero, el taxi del finés Alex y sus conversaciones radiofónicas con su mujer napolitana Stella, el padre alcohólico de Stella que tiene que hacer de canguro de sus tres nietos, Igor que es el mejor amigo de Alex, los colegas y amiguetes de la familia, los cadáveres de dos mafiosos dando bandazos por toda la ciudad, los niños raptados por un capo que busca el maletín, una prostituta de la que Igor está enamorado...
Carreras, acción y diversión ligera en esa noche friki, con cameo incluido de Jim Jarmusch.