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Un tranvía llamado Deseo (TV) (1995)

Un tranvía llamado Deseo (TV)
156 min.
5,6
320
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Sinopsis
Adaptación televisiva para la CBS del célebre drama homónimo de Tennessee Williams. Blanche Dubois (Jessica Lange), perteneciente a una rancia familia sureña arruinada, es una mujer decadente y desequilibrada que vive en un mundo ilusorio. Por diversas circunstancias se ve obligada a vivir con su hermana Stella (Diane Lane) y su cuñado Stanley (Alec Baldwin), que siente aversión hacia ella desde el primer momento. Él es un hombre rudo y violento que hiere su orgullo sin tregua. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Drama sureño Telefilm Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
A Streetcar Named Desire
Duración
156 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Tennessee Williams
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Premios
1996: Emmy: 5 nominaciones, incluyendo mejor actor (Baldwin) y actriz (Lange)
1995: Globos de oro: Mejor actriz en miniserie o película TV (Jessica Lange). 2 nominaciones
1995: Sindicato de Actores (SAG): Nom. Mejor actor (Telefilm o Miniserie) (Baldwin)
7
Que no sea por falta de deseo
El deseo de Blanche, la atroz voz de Stanley en sus fantasías, ah, la pasiva Estela, que encaja en todos los lugares, pero en ninguno.

De nuevo Tennessee Williams nos hace una muestra de su maestría a la hora de abordar el pensamiento femenino, con su maravillosa influencia de Antón Chéjov, como una mujer consigue sobrevivir en un mundo que le ha dado la espalda, creando su propio cuento.
Blanche DuBois la magnífica protagonista de esta historia, luchando Jessica Lange por lograr yo diría el personaje más difícil de su carrera, ya sea sobre las tablas o ante una cámara.

Y está tan bien caracterizada con Jessica Lange como lo estuvo con Vivien Leigh. Se supone que la versión de Marlon Brando debería de ser la mejor, pero no es necesario etiquetar nada, ya que ya la sociedad y la funesta época que nos ha tocado vivir lo hace de sobra con nosotros mismos, así que dejemos respirar al séptimo arte en estas lindes.

Son los personajes, no las versiones lo importante cuando se trata de las grandes obras de Tennessee Williams, y es así que Alec Baldwin no logra hacerme sentir acorralada, ni amenazada como Brando lo lograba, pues es como sí todas fuéramos Blanche en esta historia, o Alba en "Propiedad condenada" del mismo autor, y también llevada al cine de la mano de Robert Redford y la gran Natalie Wood en 1966.

Alba al igual que Blanche buscan ese refugio, ese mundo ideal que construyen entre las ruinas de su vida, pasando de ser meros objetos de deseo de miserables, para ser la reina del Nilo Blanche, mientras que su reino de Alejandría es la desvencijada casa de su hermana Estela en Nueva Orleans, y ser la reina de las nieves Alba, en el ferrocarril viejo y abandonado que su padre dejó con su nombre inscrito.

Esta versión está llena de sorpresas, con las actuaciones femeninas sobresalientes, Diane Lane ha sabido trazar a la hermana anodina, llevada entre la dependencia idólatra hacia un marido abusivo, como viene siendo tendencia tristemente aún, en la época actual, y su hermana y su pureza mancillada.
Así Estela es la quintaesencia de lo que "debería de ser". Aquello que encaja porque simplemente, debe hacerlo. Intenta ser fiel a su legado, y a su nueva vida. Sin mojarse, sin atender a consecuencias.

Estela es encarnada por Diane Lane de un modo más tierno y cercarno, más realista que en la versión clásica. Diane Lane vence a Kim Hunter en esto.

La maternidad no esperada, como resultado de la adoración al marido jugador y primitivo, como jamás he visto a una Blanche que le señale recalcándole quién realmente es.
:
Es eso a lo que Stanley no puede sustraerse. a la rudeza de la verdad.

Que fantasía imaginar a Jessica Lange contra Marlon Brando, en una metáfora atemporal en el que se sobrepusiera la actuación en su modo más primigenio, sin estar supeditado a una época u otra.

Alec Baldwin desequilibra una balanza que vuelve a equilibrar la actuación de John Goodman como el potencial interés amoroso de Blanche, y en cierto modo la última esperanza de su cordura.

Pero la atadura a este mundo resulta demasiado dolorosa. Y Blanche debe soltar.
Blanche debe irse a sus tierras del Nilo. Jamás he visto a Jessica Lange, ya madura, soltar tanto lastre, despojarse de toda influencia maliciosa como he visto en otros papeles suyos, para ser simplemente Blanche DuBois.

Un deleite.
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