Trayecto mortal (1986)

Drama francés bastante sombrío que combina el cuento infantil y la fantasía apocalíptica, aparte de ser una obra en cierto modo innovadora mezclando la animación y la imagen real, no de manera brillante pero si convincente.

Alain Delon es el protagonista, co-guionista y productor del film, quizás por ello su interpretación está algo falta de fuerza ante tantas responsabilidades durante el rodaje aunque su talento y presencia le bastan para mantener a flote la situación.

El guión es bastante curioso y original, centrado principalmente entre un padre dibujante de comics que está preparando una película, su hijo pequeño y la muerte como entidad que recurre al padre para que este le otorgue la posibilidad de destruir el mundo con una película sobre la violencia porque está harta y aburrida de su trabajo.
Lo mejor para mí es la relación padre-hijo con escenas llenas de fuerza y sentimiento cuando ambos miran los rostros de cada uno(el hijo viendo un vídeo de su padre, el padre viendo un dibujo de su hijo), lo peor el montaje, deslabazado e inconexo, y algunos momentos un poco ridículos entre Delon y la muerte pero es una obra que plasma muy bien el amor entre un padre y su hijo por encima de todo.

"Trayecto Mortal", (René Manzor, 1986) fue un intento fallido por parte de la Industria Francesa de Cine por intentar rescatar a su ilustre Alain Delon del eterno encasillamiento en el que se encontraba el actor por aquella época:era incapaz de salir del género policial. Su director, René Manzor es únicamente conocido por el clásico de terror/acción/aventura, "Game Over: Se acabó el juego", (1989) una especie de precedente de "Sólo en Casa" pero a la francesa y más siniestra.

La producción, aunque modesta en medios, trata de entregar un film ambicioso mucho más allá de sus propias posibilidades: no pasa de una cinta para televisión con más o menos categoría.

Pero sería injusto negar las muchas virtudes que tiene el filme: parece una reimaginación del clásico "La muerte cansada". (Fritz Lang, 1921). el aura brumosa en el que se mueve éste cuento pesadillesco de hadas: La Parca se ha cansado de equilibrar la balanza entre la vida y la muerte y sólo tiene un deseo: acabar con el mundo y así ser libre de su trabajo. Para ello necesita la ayuda de un mortal, en éste caso la mente de un artista audiovisual de cine violento, Jean Diaz, (Alain Delon) cuyo trabajo "La Muerte que Llora", (La Mort Qui Pleur) sobre la violencia y la muerte en el mundo despiertan el interés de la Parca por traer consigo al artista y así diseñar el plan que aniquilará a la humanidad.

En el fondo la película versa sobre la relación entre un padre y un hijo que se ven separados por "el pasaje" un lugar entre la vida y la muerte y que es donde la Parca tiene su guarida, (resulta hoy algo ridículo ver los ordenadores y las máquinas totalmente desfasadas con las que la Muerte se encarga de controlar el mundo) y esa interconexión entre ambos es lo que ayudará a escapar a Jean de la mazmorra en la que está preso.

Aunque de ritmo irregular y medios precarios, es innegable la fuerza de algunas imágenes y lo inquietante de algunos pasajes del filme, sobre todo aquellos que están animados: escenas líricas de ultraviolencia y sangre que simbolizan el caos en el que está sumido el mundo y que es del que pretende valerse la Muerte para anegar a la humanidad en un océano de sangre.

Como dato curioso, la Muerte está interpretada por el legendario actor chileno Daniel Emilfork, considerado por la industria como "el actor más feo del mundo" y habitual de Roman Polanski: sólo podemos ver el verdadero rostro del actor en una especie de cameo durante la escena del Parque de Atracciones, haciendo de feriante disfrazado de la muerte.

Resumiendo: cinta curiosa e inquietante a partes iguales.