El mundo extraño de Madame Sin (1972)

Quiero y no puedo del cine de espías a lo 007. En este filme la villana tiene gran peso en la trama, de hecho da nombre a la película, como en los antiguos filmes de otra "amenaza amarilla", Fu-Manchú, maquiavélico, intrigante y amoral donde los haya. Y Madame Sin no se queda corta en todos esos aspectos. Sin embargo el guión se queda cojo en el dimensionamiento de la organización de Sin, parecen cuatro tíos disfrazados con un helicóptero y poco más, que viven en un caserón en una isla, con varios científicos que trabajan apretujados. No hay quién se crea los viles planes de Sin, que, por cierto, también se ven en varios filmes de Bond. Si bien la dupla Bette Davis- Denholm Elliot roza la perfección, Wagner - que se reservó el rol de productor ejecutivo - no parece ser el peligroso agente secreto ejecutor que se presupone, sino, más bien, otro pardillo perdedor tan típico de los años 70. Tampoco la historia está muy allá, donde no se entienden las motivaciones del personaje de Wagner, capaz de secuestrar un amigo suyo porque "es un reto", con una trama pueril con momentos involuntariamente cómicos y que no vienen a cuento (ver spoiler). Y luego está el tonto final.

El conjunto es un film mediocre, olvidable, donde la Davis merecía más. Otro film setentero más sobre perdedores.

Terminando de ver “Madame Sin” (1972) de David Greene con Bette Davis, Robert Wagner, Denholm Elliott, Gordon Jackson, Dudley Sutton, Catherine Schell, Pik Sen Lim, Paul Maxwell entre otros. Película de acción y suspense sobre una villana que dirige una “Fábrica de Pensamientos” con la intención de lograr la dominación mundial… El filme es como ver una aventura del Dr. Fu Manchú pero con Bette Davis. Esta producción es un piloto fallido de una serie de TV, al estilo de James Bond, pero en este caso, privilegiando al villano antes que al héroe. Y es que los villanos son igualmente divertidos, y aquí todo resulta irónico y siempre fiel a su pequeño mundo de maldad, de ahí un final inesperado; siendo por ello que el protagonista masculino es tan sólo una excusa para que nos pongamos en contacto con la malvada, la cual se roba cada una de las escenas en las que figura; por La Davis muerde con gusto cada uno de sus parlamentos, despachando una interpretación por momentos histriónica como deliciosa, muy a su gusto como una mujer brillante y amoral; que no anda con vericuetos, realizando planes simples pero prácticos. Mientras que el héroe es un perdedor brillantemente interpretado por Wagner, es Denholm Elliott quien se roba el espectáculo por su química con Davis; al tiempo que Gordon Jackson y Dudley Sutton también iluminan la pantalla con sus personajes. Si bien la trama tiene algunas ideas interesante, como el uso de armamento sónico, véase el evento en Cuba hace poco, nada alejado de la ficción, que lo hace interesante; parece que no hay nada más que atraiga; principalmente porque el guión no da siquiera momentos ni líneas memorables, por tanto, nada exuda a amenaza… Y es que La Davis se ha mostrado mucho más siniestra en otros filmes, y aquí sale absolutamente ridícula, “tanto que parece una perra Lassie asiática” como diría Joan Crawford. Y si la trama tiene algunos giros pocos usuales, no es algo que haga ir más allá de la historia en sí. Además, la inverosimilitud de algunas escenas de lucha parece un poco confusa, pero debe tomarse de acuerdo con el momento en que se realizó la película. Aunque en general es agradable y entretenida, uno desea que se haya hecho para el cine y con un presupuesto mayor; pues clama por explosivos y no los consigue. Sin embargo, los decorados deslumbran, y concluye con un giro muy original al estilo de los finales de James Bond. “¡Incluso Dr. No diría “SÍ” a Madame Sin!
NO RECOMENDADA
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