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Colombo: Asesinato por teléfono (TV) (1978)

Colombo: Asesinato por teléfono (TV)
72 min.
6,7
342
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Sinopsis
El Dr. Eric Mason es un hombre con autocontrol y enseña a los demás a tener control sobre su vida. Su mujer murió súbitamente debido a un inexplicable accidente y su mejor amigo es el Dr. Garrison, o al menos eso parece. Episodio Nº43 de colombo.

Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie tradicional (episodios semanales, de duración regular, con cast, dirección y equipo de producción fijo). Pensados como telefilms (de hora y media como promedio de duración), cada episodio cuenta con una historia independiente y con un director y un equipo de producción distinto. Los films tuvieron una transmisión irregular, pero con un mínimo de tres o cuatro producciones por año hasta 1978. Más de diez años después, Falk retomó su personaje por dos años (1989-1990). A partir de 1990, Columbo dejó de emitirse con regularidad, y los siguientes films fueron estrenados como especiales. Por estas razones, los 68 episodios de Colombo se dispersan irregularmente a lo largo de 35 años (1968-2003). (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Comedia Crimen Serie [Colombo]
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Columbo: How to Dial a Murder
Duración
72 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
6
Tanto control emocional hace dudar a Colombo
How to dial a murder (Asesinato por teléfono) (1978) es un telefilm dirigido por James Frawley, cuarto de la séptima temporada y, cuarenta y cuatro de la serie, anteriormente dirigió A que no me coges (1977) y Hazme un asesinato perfecto (1978). En How to dial a murder, Frawley nos cuenta el terrible uso vital en el autocontrol de la mente del doctor en psicología Eric Mason (Nicol Williamson) para beneficio propio en su despropósito por vengar una muerte y un engaño.

Tras una breve presentación del escenario donde se producirá el trágico suceso, guardado por una pareja de peligrosos doberman, el realizador nos muestra elementos del atrezzo de importante relevancia para la trama. Sin solución de continuidad el director nos lleva a una escena interior donde dos destacados protagonistas en plano contraplano, junto a la encubierta manipulación emocional en uno de ellos, será suficiente para completar la macabra acción de venganza no resuelta.

James Frawley nos traslada a dos escenarios paralelos en tiempo, narración y acción: la vivienda del macabro acontecimiento y la clínica donde Mason en plena revisión medica por el Dr. Ernie Garrison (Frank Aletter), aprovecha el momento preciso para, desde la distancia controlar la acción que culminará con el asesinato del sospechoso amante no confeso de la muerte de la señora Mason. Un hilo conductor, completa la interacción de ambos escenarios, con visible satisfacción emocional de uno reflejado en rabiosos primerísimos planos y el desdichado final para el otro.

Mediante un plano general, Frawley nos sitúa en la casa del doctor donde su forzada postura de sorpresa frente al escenario del macabro suceso denunciado a la policía por Joanne Nicholls (Kim Cattrall), no pasa desapercibida para la investigación. Tanto control emocional hace dudar a Colombo desde el primer instante cuando desde los primeros contactos con la testigo Joanne Nicholls, habitante circunstancial en la vivienda del doctor Hunter, aparentemente algo desconectada de los acontecimientos que están teniendo lugar en su entorno, aclarándose su verdadera razón de permanencia en la casa del doctor Mason.

La evolución de los acontecimientos, el intento del sospechoso por eliminar pruebas de sus acciones en la visita a sus adorados perros, retenidos y vigilados por el oficial Stein (Ed Bebley Jr) que junto a la aportación de la entrenadora canina Cochran (Tricia O’Neil) al problema planteado por Colombo, hará que se reviertan unos resultados que inicialmente estaban bajo el control mental de Eric Mason.

Los interesantes homenajes incluidos a W.C. Fields, Orson Welles y su inmortal obra Ciudadano Kane (1941) así como a los simbólicos materiales de atrezzo, de ambos personajes y sus historias, se convierten en elementos claves para cambiar el rumbo de los acontecimientos en el rocambolesco control mental por medio de la ‘palabra’ utilizada por el doctor en psicología, tomando finalmente el relato un inesperado giro gracias a la psicología canina aplicada. Interesante telefilm con animados giros narrativos donde la psicología vital (al contrario de lo que piensa su personaje principal) mal empleada, tiene poco, muy poco que decir.

Complemento genealógico. Colombo cita a su mujer en cinco ocasiones, otros personajes lo hace en cuatro ocasiones y, además, Colombo cita a su padre en una ocasión.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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