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Soy la cosa bella que vive en esta casa (2016)

Soy la cosa bella que vive en esta casa
87 min.
3,5
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Sinopsis
Lily (Ruth Wilson), una enfermera muy asustadiza, entra a vivir en una casa llena de secretos. Su trabajo es atender a una escritora de novelas de terror muy desmejorada. (FILMAFFINITY)
Género
Terror Thriller Casas encantadas
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
I Am the Pretty Thing That Lives in the House
Duración
87 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
6
Cosas Bonitas
Con suerte, el crudísimo y tajante inicio de esta película convencerá a mucha gente para dejar de verla.
Porque sí, se vende como "terror", y lo es. Pero no es un temor tangible, a las criaturas de la noche, a las posesiones infernales.
Es el terror a lo oscuro, a la soledad, al enigma de lo desconocido.
Algo parecido a descender solitariamente una escalera al lúgubre sótano, sin la seguridad de que volveremos a subir arriba.

'Soy la Bonita Criatura que Vive en esta Casa' es un pausada narración, contada por la voz de Lily, donde al principio vemos una figura difusa en la oscuridad, y no sabemos qué vemos exactamente.
Pero cuando la propia Lily se define como una "cosa bonita" lo empezamos a entender: esto es un vistazo privilegiado a la soledad de dichas cosas bonitas, en una casa cerrada al exterior, desde la cual da la sensación de que no existe el resto del mundo.
Las mencionadas son las que atraen miradas y atenciones, pero ¿qué sucede cuando no existen dichas miradas y atenciones? Ellas se crean otras, aunque sea sobre si mismas, para evitar perderse en la oscuridad.

No cuesta mucho ver a Iris Blum como una antigua "cosa bonita" que se ha ido repudriendo en su soledad, hasta que ha venido Lily a buscarla y cuidarla.
Ella no fue la primera tampoco, pero sí la que escribió un libro al respecto, 'The Lady in the Walls', donde contó la historia de Polly, protegiéndola del polvo para quién se atreva a leerla. Polly, para Iris, son todas esas muchachas demasiado solas y ocultas como ni siquiera existir, como ella. Jóvenes que pueden ser borradas de la existencia, donde nadie las echaría de menos.
Lily parece que existe en una realidad diferente a esa, ella sigue recibiendo llamadas de amigos que no oímos, visitas de personas que no se interesan tanto como ella... pero son apenas unos intentos para convencerse de que no está empezando a ser otra "cosa bonita", en esa casa que parece reunirlas a todas ellas, como si fuera una cripta erigida a su memoria, para que alguien las recuerde.

Si tuviera que describir esta historia, diría que son los melancólicos apuntes de un fantasma aprendiendo a serlo, aceptando su condición de vago humo asociado a un lugar marchito.
La voz de Lily nos lleva lentamente a un estado de relajación, casi de trance, donde pronto cualquier rastro de paso del tiempo o rutina queda apartado, como si estuviéramos en un limbo en el que las horas se quedan estáticas hasta nuevo aviso.
Las cosas bonitas crean a sus fantasmas en ese limbo. Les dan carne, entidad y vida propia, quizás como método para no sentirse solas, y quedarse acompañadas aunque sea por ojos extraños que las vigilan en la oscuridad (como los nuestros). Pero hasta la flor más bella se marchita en la espera, agarrotada en el olvido.

Escribir un libro, escucharse unas a otras, permanecer juntas a pesar del tiempo congelado en ese limbo... solo son métodos de cuidarse cuando nadie más lo hizo, cuando solo sus pasos les devolvían el eco.
Puede que te merezca la pena sumergirte en su misterio, aunque solo sea para que dejen de ser invisibles un pequeño momento.
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41 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Acabo de ver ``Soy la bonita criatura que vive en esta casa´´ y solo se me ocurre una palabra para definirla: Tediosa.
Acabo de ver ``Soy la bonita criatura que vive en esta casa´´ y solo se me ocurre una palabra para definirla: Tediosa.
Lenta, aburrida, sin ritmo ni tensión. Recreándose en sí misma para no contarnos nada, salvo una brevísima historia que daba para corto de diez minutos. El miedo no se logra solo con oscuridad, planos supuestamente sugerentes y entidades que pasan por casualidad. Una trama que sí tenía chicha, pero que se ejecuta con un aire tan impostado, tan autocomplaciente, tan pretencioso, que olvida cuál es su verdadera función. Pretende ser poética, intimista y evocadora, pero lo único que logra es aburrir al espectador. Hay una tenue y frágil línea entre el preciosismo y la ampulosidad y en esta ocasión se ha cruzado de largo, pasándose de frenada de manera imperdonable. Se salvan cinco minutos de la parte final y nada más. Y me chincha, porque la premisa es muy buena e intuyo que el propósito también, pero el mirarse el ombligo es lo que tiene, que no da para más...
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27 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
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