Cortometraje completo (VOSE)
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- Charlot se encuentra sin trabajo y sus perspectivas no son nada halagüeñas cuando salva a una perra errante llamada Scraps del ataque de otros perros. Ambos se hacen inseparables y persiguen un mismo objetivo: conseguir comida. (FILMAFFINITY)
- Género
- Comedia Perros/Lobos Pobreza Cine mudo Mediometraje
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1918 / Estados Unidos
- Título original:
- A Dog's Life
- Duración
- 40 min.
- Guion
- Fotografía
- (B&W)
- Compañías
- Grupos
- Charlot
- Links
Con el rabo entre las piernas
4 de julio de 2008
Todas las obras de Charles Chaplin tienen al menos una escena que la hace inolvidable. Algunas de sus películas son al completo inolvidables. En "Vida de perro" hay varios momentos imborrables, pero hay uno, sólo uno que perdurará por siempre en la memoria.
En "El gran dictador" Chaplin hacía juegos malabares con un globo del mundo, en "La quimera del oro" un exquisito zapato cocinado es degustado por el bueno de Charlot, en "Luces de la ciudad" el rencuentro con la violetera enternece hasta al más duro e insensible y en "Candilejas" la bailarina actúa en el teatro mientras Calvero espera tras la cortina. Todas sus películas tienen un momento especial, y en sus primeras películas, el bueno de Charlot ya nos asombraba con escenas que dejan huella.
La de "Vida de Perro" es sencilla. Charlot entra a un bar donde no está permitida la entrada a los perros, le echan porque va con uno, pero vuelve a entrar con el perro dentro de sus anchos y agujereados pantalones. El rabo del perro hará el resto.
Grande Charles Chaplin como siempre. Maestro de todos y el mejor de los acompañantes en cualquier día, de cualquier mes, de cualquier año. Ver una película suya siempre será un placer inmenso.
En "El gran dictador" Chaplin hacía juegos malabares con un globo del mundo, en "La quimera del oro" un exquisito zapato cocinado es degustado por el bueno de Charlot, en "Luces de la ciudad" el rencuentro con la violetera enternece hasta al más duro e insensible y en "Candilejas" la bailarina actúa en el teatro mientras Calvero espera tras la cortina. Todas sus películas tienen un momento especial, y en sus primeras películas, el bueno de Charlot ya nos asombraba con escenas que dejan huella.
La de "Vida de Perro" es sencilla. Charlot entra a un bar donde no está permitida la entrada a los perros, le echan porque va con uno, pero vuelve a entrar con el perro dentro de sus anchos y agujereados pantalones. El rabo del perro hará el resto.
Grande Charles Chaplin como siempre. Maestro de todos y el mejor de los acompañantes en cualquier día, de cualquier mes, de cualquier año. Ver una película suya siempre será un placer inmenso.
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57 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuestión de sexo
13 de octubre de 2010
Ay, “Vida de perro”…, cierto es que lo que hace grande a las películas de Chaplin (y a las grandes películas) son sus momentos mágicos imborrables, aunque yo añadiría que “Vida de perro” es una sucesión de momentos pletóricos hasta finalizar sus 37 minutos de puro cine.
Charlot vagabundea por un mundo blanco y negro en 2D. Es, efectivamente, un mundo cruel donde el trabajo se consigue con trapicheos y trampas, donde los perros más pequeños e independientes son perseguidos para ser devorados por la mayoría que conforma una turba. Siempre hay una sátira política y social demoledora en las películas de Chaplin. “Vida de perro” es la vida de negación a la humanidad. Queda el amor como única vida de escape cuando uno ha perdido todo menos la cola.
Insuperable cuando Chaplin juega como si fuese una marioneta con uno de los ladrones engañando a su compañero malhechor. Chaplin no quiere hacer ninguna concesión lacrimógena al final: el supuesto bebé acaba siendo un parto múltiple de Scraps.
Charlot vagabundea por un mundo blanco y negro en 2D. Es, efectivamente, un mundo cruel donde el trabajo se consigue con trapicheos y trampas, donde los perros más pequeños e independientes son perseguidos para ser devorados por la mayoría que conforma una turba. Siempre hay una sátira política y social demoledora en las películas de Chaplin. “Vida de perro” es la vida de negación a la humanidad. Queda el amor como única vida de escape cuando uno ha perdido todo menos la cola.
Insuperable cuando Chaplin juega como si fuese una marioneta con uno de los ladrones engañando a su compañero malhechor. Chaplin no quiere hacer ninguna concesión lacrimógena al final: el supuesto bebé acaba siendo un parto múltiple de Scraps.
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