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El hombre del oeste (1958)

El hombre del oeste
100 min.
7,2
3.291
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Arizona, 1874. Link Jones, un antiguo pistolero dedicado al bandidaje, se ha redimido y es un hombre respetado por sus vecinos. Tanto es así, que, depositando toda su confianza en él, le han entregado seiscientos dólares destinados a contratar a una maestra para la escuela que piensan inaugurar. Con esta misión, Link emprende un viaje en tren, pero inesperadamente el destino lo devuelve a su pasado, poniendo en peligro su reputación. (FILMAFFINITY)
Género
Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Man of the West
Duración
100 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
Mann of the West
Anthony Mann es uno de los tres o cuatro directores de películas de vaqueros más grandes de la historia. Así lo suelto, a bocajarro.

Estoy de acuerdo en que quizás este sea su peor western (ahí ahí con «Cazador de forajidos» y también, he de confesarlo mal que parezca sacrilegio, «Winchester 73»). Y también estoy de acuerdo en que eso es algo de lo que ni Howard Hawks ni John Ford pueden alardear («El último combate» o «Río Lobo», por poner dos ejemplos, me parecen inferiores a cualquier película menor de A. Mann). Pero también es verdad que aceptando que es una cinta irregular (que agota parte de su interés antes de llegar a su resolución), no puedo negar el pulso y manejo de un tipo que nació por y para este género cinematográfico. El dominio y la precisión de un fuera de serie. Su peor western es, para mí, un 8. Así está el patio con este cineasta.

Y es que A. Mann es una muestra genial de la “serie media” (no hay un «Liberty Valance», no hay un «Río Rojo»... O quizás sí. Igual sí). Pero sus westerns nunca decepcionan. Tiene una serie de películas conocidas pero infravaloradas («The naked Spur», «El hombre de Laramie»...). Y luego, claro, los «Horizontes...» y «Tierras lejanas» (lo más famoso). El puente perfecto entre el clasicismo y el exceso que vendría después en este género. Y es que Mann, a la vez que indiscutiblemente heredero del mejor western clásico, es tan crispado y oscuro como obras cronológicamente posteriores. Lo que ocurre es que es endemoniadamente entretenido, menos “sesudo” en apariencia y por ello quizás no tan considerado. Sé que está considerado, lo que yo digo es que habría de estarlo tanto como Howard Hawks y por encima de, por ejemplo, William Wyler o Raoul Walsh (a nivel género western, entiéndaseme). Quizás también es que su cine no presenta elementos que remarquen su individualidad de forma tan acusada como, otro ejemplo, Sam Peckinpah. Pero es el oficio en estado puro, el autor que lucha por mostrarse tras la apariencia y estructura típica del trabajo artesanal. Grandes historias, magnífica planificación visual y fotografía... Todo al servicio de una impecable narración, sí; pero también algo más.

Las fuerzas indómitas de la naturaleza siempre fueron la excusa y escenario perfecto para que los cowboys de Mann se enfrentaran a ellos mismos. Personajes nada esquemáticos, con matices (el drama del pasado, las dudas, la maldad latente, la lucha contra nosotros mismos, el intento de cambio para empezar de cero, la codicia... ). Las oquedades humanas son menos oscuras con Mann, parecen menos complejas, más accesibles. El director plantea ambiciosas cuestiones desde un cine de paisajes, aventuras, épica y acción. Y eso, por encima de todo, es la esencia del western.

Sobre la película en concreto soy incapaz de añadir nada a lo dicho por otros usuarios. Realmente esta crítica es solo la forma de rendirme ante uno de mis directores favoritos del que, curiosamente, no había dicho nada todavía.
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62 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El hombre de Arizona
Último "western" de Anthony Mann. Se basa en la novela "The Border Jumpers" (1955), de Will C. Brown, adaptada por el guionista Reginald Rose. Se rueda en cinemascope y color, en Melody Ranch, Red Rock Canyon y Mojave Desert (CA) y en plató. Producido por William Mirish, se estrena el 1-X-1958 (NYC).

La acción tiene lugar en 1874 en el oeste de Arizona, a lo largo de unas 3 semanas. La película centra la atención en el drama psicológico y los riesgos físicos a los que se ve enfrentado un personaje que hace años abandonó la vida delictiva para formar una familia y vivir como ciudadano respetable. La obra contrapone el Viejo Oeste, salvaje, violento y disfuncional, con el Nuevo Oeste, pacífico y próspero, que se ampara en los valores de la legalidad, el trabajo y la educación. Glosa las dificultades individuales y colectivas que impone el cambio de modelo, su necesidad y las consecuencias de la inadaptación al mismo. Los temas favoritos de Mann (familia, codicia, traición, maldad, peso del pasado, etc.) están presentes en la historia. Los diálogos, breves y contundentes, contienen respuestas en forma de "no lo sé". Al abandonar Lassoo, con un "no lo sé" por respuesta, Link viene a decir que han ocurrido tantas cosas, tan imprevistas, tan perturabadoras y en tan poco tiempo, que no ha podido asimilarlas. El infierno del reencuentro de Link con el pasado se visualiza a través de imágenes claustrofóbicas y amenazantes, el movimiento en la penumbra de figuras de apariencia diabólica y personajes en los que anida la locura, el sadismo y la perversidad. El film glosa la influencia en las personas de los aires de cambio: emergencia de la solidaridad en personajes antisociales y descubrimiento del amor por personas solitarias. Compara la desolación de las viejas ciudades con la imagen populosa, activa y próspera de Crosscut, con estación de tren y amplia oferta de bienes y servicios. El humor se relaciona con el movimiento primitivo del tren, la figura excéntrica de Sam, las formas exageradamente rudas de Dock, la estupidez de dos bandidos, etc. La búsquda de la redención y la integración social topa con grandes dificultades y a veces induce a volver a las pistolas. La violencia, de notable crueldad, trae al presente el pasado maléfico e infernal. La alegoría de la lucha entre el Bien y el Mal se enmarca en un mundo imperfecto, en el que todos son o han sido malos. La narración es absorbente y entretenida.

La música, de Leigh Harline, suma melodías alegres y románticas ("Ellis y Link"), temas dramáticos ("Muerte de Sam") y de tensión ("Pelea de Link y Coaley"). Añade la balada "Man Of The West", a cargo de Bobby Troup. La fotografía, de Ernest Haller, ofrece imágenes exteriores amplias y desérticas, que evocan aislamiento, opresión y desamparo. Buena interpretación de Cooper (57 años), en un papel que le queda corto de edad (35 años). La obra es un excelente "western" dramático, que el tiempo ha convertido en memorable.
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35 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
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