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El hombre de las mil caras (1957)

El hombre de las mil caras
122 min.
6,7
420
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Lon Chaney es una estrella del cine mudo que destaca por su versatilidad. Hijo de padres sordos y mudos, empieza siendo un artista de mimo hasta llegar a triunfar en Hollywood y casarse en dos ocasiones. Destacó sobre todo en las películas de género fantástico interpretando todo tipo de personajes. Se ganó el apodo de ‘el hombre de las mil caras’ por su habilidad en el arte de la caracterización. Él mismo aprendió a maquillarse durante su etapa teatral y luego aplicaría a sus personajes cinematográficos. En su filmografía destacan películas como "El fantasma de la ópera" o "El jorobado de Notre Dame". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Biográfico Cine dentro del cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Man of a Thousand Faces
Duración
122 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1957: Nominada al Oscar: Mejor guión original
8
El camaleón de la escena.
Magnífica biografía de aquel gran genio del cine fantástico y de terror que fue Lon Cheney, interpretado por otro grande de la escena: James Cagney.
El film nos permite indagar en la vida del hombre que revolucionó el arte del maquillaje merced a su versatilidad para interpretar a los más variopintos personajes, en unos tiempos en los que el cine todavía estaba en pañales en determinados aspectos.
Chaney empezó en el teatro y el voudeville, encumbrandose posteriormente cómo un genio de la gran pantalla gracias a su versatilidad escénica. Rodó un sin fin de películas mudas (El fantasma de la opera, El jorobado de Notre Dame, Garras humanas) terminando su carrera con una película sonora; "El trio fantástico" donde ponía voz a nada menos que cinco personajes.
La historia comienza en la más tierna infancia del actor, indagando en las relaciones con sus padres que tenían la particularidad de que ambos eran sordomudos. Hecho que facilito en Lon la capacidad de expresión a través de la pantomima. Después conoceremos cómo fueron de difícil las relaciones con su primera mujer, (Cleva) a la que da vida Dorothy Malone (El último atardecer, Ángeles sin brillo), con la cual tuvo su único hijo, y con el que mantuvo una relación muy intensa.
La película a pesar de ser un biopic mantiene una linea argumental bastante interesante, manteniendo al espectador siempre expectante sobre el desarrollo de una trama que no tiene tregua ni fisuras.
Aparte del gran trabajo de las actrices Dorothy Malone y Jane Greeer, la obra se sostiene fundamentalmente en el "papelón" que nos brinda James Cagney. Un pedazo de actor con una soltura asombrosa para cualquier papel por enrevesado que parezca. En esta ocasión dando vida al hombre de las mil caras, al que transmite una credibilidad portentosa haciéndonos reír y emocionar a partes iguales, sin olvidarnos de su enorme facilidad para el baile del que nos hace alguna demostración bastante digna.
La película data del año 1957. Está rodada en cinemascope por Joseph Pagney, aunque es en blanco y negro. Desconozco el éxito que pudo tener en su momento pero a día de hoy parece una película casi olvidada por los pocos votos que atesora. Incluso yo, llegué a ella practicamente de casualidad al verla en un video-club de los pocos que aún ofertan cine clásico. La alquilé sin tener ninguna referencia anterior sobre ella y puedo decir que ha sido una sorpresa bastante agradable su visionado. Se merece un notable sin paliativos.
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una historia desaprovechada
La curiosidad con la que me enfrentaba a esta película ha dado paso a una sensación de leve decepción. Y eso que, en realidad, entiendo que ésta es una película que pueda gustar a determinado público, sobre todo en su momento. "El hombre de las mil caras" es una historia bien planificada, con un guión de los que ya no se ven. A día de hoy es difícil ver un biopic tan bien contado, con las elipsis y los detalles adecuados, dando siempre al espectador la información justa. La dirección de Pevney es convencional aunque sobria e irreprochable, y la interpretación de Cagney es, como casi siempre, enorme.

El problema, en mi opinión, es que "El hombre de las mil caras" no deja de ser un melodrama más o menos correcto, de los que hay miles. El hecho de que el protagonista sea un artista que materializó un estilo propio a la hora de entender el cine apenas es un macguffin. Con "El hombre de las mil caras" esperaba ver no ya un homenaje a un actor irrepetible, sino una película que trata de películas, de una forma de entender el arte, incluso de la capacidad de apreciar nuevas formas de comunicación. A fin de cuentas, eso es lo que Lon Chaney supuso. Y no, más bien no. Es más, el hecho de que los padres del protagonista fuesen sordomudos, que tradicionalmente se ha resaltado como factor decisivo en el estilo del actor, está enfocado aquí como una minusvalía que puede llevar a la marginación y como origen de las desavenencias con su primera esposa. En ese sentido, el tiempo ha pasado muy mal para la película.

Se agradece que "El hombre de las mil caras" evitase un tono hagiográfico de la figura de Lon Chaney, aunque un desenlace catártico sirva para dulcificar comportamientos machistas y autoritarios como los que el personaje desarrolla durante la película. También puedo perdonar las licencias históricas que el film pueda contener. Pero, en conjunto, la obra se limita al relato más o menos certero de un hombre con problemas de pareja y de familia, en el que incluso el hecho de haber sido reconocido como una estrella talentosa e innovadora queda casi en anécdota. En mi opinión, el interés va decayendo a medida que nos damos cuenta de cuál es el verdadero tono de la película. Quizá la productora y el director pensaron que así llegarían al gran público, pero a mi entender no fue una decisión acertada.
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6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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