El aro 2 (1999)

Cuesta aceptar que el legendario Hideo Nakata, el creador de la gran Ringu, quizás la mejor película de terror que un servidor haya visto (con permiso de Alien, el octavo pasajero), haya sido el autor de tamaña basura de secuela.

Y es que en esta ocasión el realizador japonés nos intenta colar un truño de refritos del típico cine de terror nipón con niños malditos unido a su ya famosa historia de la niña chunga de los pelos, todo ello metido en una batidora y complementado con unos efectos dignos de serie B, con unos actores cuya actuación roza el ridículo y en medio de un guión de encefalograma plano. Si la primera película conseguía inquietar al personal simplemente por su cuidada atmósfera, excelentemente trabajada, aquí nos intentan meter el miedo en el cuerpo por medio de "sustos" conseguidos mediante apariciones de la susodicha niña mientras la banda sonora corre a cargo del sobrino del director arañando una pizarra. Dichas apariciones ocurren, todo hay que decirlo, en la mente de los personajes, que ven Sadakos por todas partes. Detalles escabrosos en spoiler.

Comparada con ésta, incluso la Ring 0 de Norio Tsuruta, la precuela de la primera, es casi una obra maestra. Sólo recomendada para fanáticos de la saga. Yo por mi parte prefiero pensar que esta película nunca existió.

Reiko y Ryuji pensaron que la maldición del vídeo se levantaría por sacar los huesos de Sadako de aquel pozo, pero estaban equivocados...
El espíritu continúa vivo y su deseo de matar no ha cesado. Ahora le toca a Mai, la alumna de Ryuji, enfrentarse a Sadako y poner fin a su furia asesina.

Hideo Nakata, que a finales de los '90 únicamente se había desenvuelto en un par de proyectos de terror sin repercusión, conoció el éxito de la noche a la mañana gracias a "The Ring", la película que cambió el cine de terror oriental y relanzó el género provocando el interés mundial por él...lo que no se sabe si a la larga trajo consecuencias buenas o malas por la inmensa lista de obras surgidas de su costilla, provocando que aquella interesante nueva ola cinematográfica degenerara en un desfile de copias más mediocre que otra cosa.
De todas formas nadie podía quitarle el mérito a Nakata. Tantos réditos dio a la productora Omega que inmediatamente se pusieron manos a la obra para adaptar la continuación literaria de la novela de Koji Suzuki, llamada "The Spiral", la cual contó con el mismo reparto bajo la dirección de Joji Iida; por desgracia la suerte no sonrió esta vez a los productores, pues la película, que exploraba el universo único de Sadako y la maldición desde un punto de vista alternativo, fue un sonoro fracaso comercial (aún hoy en día sigue siendo casi desconocida para la gran mayoría).

De este modo, la gente de Toho convencería a Nakata y su guionista Hiroshi Takahashi para realizar una secuela de la original, pero no a partir del texto de Suzuki, sino de un argumento totalmente independiente (como ya ha sucedido otras tantas ocasiones en el infame mundo de las secuelas). En esta entrega, declarada continuación oficialmente de "The Ring", los hechos toman lugar justo donde terminara la primera parte, tras huir Reiko a casa de su padre con la copia de la cinta para salvar a Yoichi, quedarse los huesos de Sadako en poder de la policía y ser asesinado Ryuji; no obstante para su alumna Mai Takano el caso no ha hecho más que empezar, pues la leyenda del vídeo maldito aún circula en las calles.
Ella y el compañero de trabajo de la desaparecida Reiko, Okazaki, emprenderán una investigación para averiguar donde está la mujer y qué mató a Ryuji; la joven se encontrará a Reiko y su hijo mientras desarrolla sus poderes sobrenaturales, con los cuales podrá contactar con el mundo de los espíritus, donde la espera Sadako impaciente. Como podemos ver, las coordenadas de juego de "The Ring 2" siguen una dirección distinta a las prefijadas por la anterior; ahora se relega a los protagonistas de la primera dejando paso a Mai y Okazaki, ni siquiera meros secundarios de aquélla (y cuyo carisma es prácticamente nulo).

Otro de los puntos clave de esta "secuela", además de que Sadako se comporta como un asesino de "slasher" (y no olvidemos que ella no era el elemento importante en la original para desentrañar la maldición, sino Shizuko) es que Nakata no aborda el terror como antes. La atmósfera de "The Ring" estaba envuelta en una inquietante y tenebrosa extrañeza, derivada sobre todo del origen de Sadako, un origen de leyenda de terror perdida en los confines de un pasado remoto; el director opta por conferir a la narrativa una aproximación más científica, curiosa e irónicamente emparentándose con el estilo de la novela de Suzuki, donde también se hace hincapié, a través de los personajes de Masami, Mai y Yoichi, en la transmisión telepática de la enfermedad (la maldición) a través del tiempo y el espacio.
Así, tras contemplar a Sadako, Masami y el hijo de Reiko (reflejo mismo de Sadako en el mundo de los vivos) heredan el "virus", que se introducirá en sus psiques e incluso podrán expresar de forma física, confiriendo una mayor importancia al poder sobrenatural del agua y dejando en segundo plano el elemento de la cinta de vídeo, prescindible por completo; lo realmente importante es cómo Yoichi y Mai logran conectar con el mundo de los muertos (ésta última no necesita ninguna cinta para presenciar en la posada la escena del espejo) y transportarse a él en última instancia gracias a la energía psíquica proyectada.

De hecho, la maldición por visionar la cinta sólo aparece de forma disimulada a través de Kanae, mediocre pretexto argumental donde hallamos el que quizás es el más escalofriante momento del film (cuando la chica ataca a Okazaki desde la pantalla). Para llevar el peso de la historia sobre sus hombros como protagonista, Miki Nakatani no podría resultar más empalagosa en su papel; Yurei Yanagi, antiguo colaborador de Takeshi Kitano, está correcto pero adolece de lo mismo: una tremenda falta de carisma y entusiasmo. Por suerte vuelven Yoichi Numata, Nanako Matsushima y Hiroyuki Sanada, éstos en apariciones mucho más fugaces de lo que deberían, seguidos de unos buenos Fumiyo Kohinata, Kenjiro Ishimaru y Kyoko Fukada.
Desgraciadamente, veremos a Rie Ino incluso menos que antes (y eso que aquí se profundiza más en el origen de Sadako...). En general esta entrega, que sin vergüenza reproduce casi paso por paso la misma estructura de la original, se realizó para recuperar en taquilla las pérdidas de "The Spiral", ni más y ni menos, lo que explica la poca pasión del sr. Nakata a la hora de acometer el proyecto; por mi parte, y aunque en su último (y desequilibrado) tramo se incline más por la fantasía que por la intriga y el terror, he de admitir que esta especie de "falsa secuela" me acabó resultando medianamente entretenida...

Quizás por el hecho de poder descubrir más sobre el turbulento pasado de Sadako, ser de esencia desconocida y condenado (más bien obligado) desde el mismo nacimiento a vagar eternamente en el reino de las sombras arrastrando un cúmulo de odio y rencor en su interior.
Además, prefiero esta película a los "remakes" americanos, innumerables "reboots" o aquella innecesaria versión coreana que se estrenó poco después.