Noches en los jardines de España (2010)

El problema no se plantea solo en la cultura maorí, sino en cualquier cultura, cuando un hombre homosexual se casa con una mujer, tiene hijos, y establece su vida sobre una mentira continua. Si alguna vez dice la verdad, lógicamente todos los cimientos de su vida se van a venir abajo. Este es el tema, salir de la mentira. Mucho más se hace patente este problema en la película, cuando el homosexual es el actor australiano y de origen maorí, Calvin Tuteao, Kawariki, cuya portentosa presencia física llena la pantalla y expresa su verdadero problema. No es un gran actor, pero defiende muy bien el papel de esposo, padre e hijo que tiene que ocultar su homosexualidad. La película va salpicada, sin profundizar, de ciertas tradiciones maorís, los besos y saludos, las canciones y bailes, y en un momento dado se produce ese baile de hombres, con los gestos característicos para ahuyentar a los malos espíritus que hacen más llevadero el problema planteado. Pero el director falla cuando incide en el sentimentalismo, muy propio de la situación, buscando tocar la fibra sensible del espectador, y utilizando a una niña como elemento provocador de la sensiblería.