Todos besaron a la novia (1942)

Sorprende ver a la Crawford en una película de estas características ya que, en nuestra memoria, siempre será más recordada por sus apasionantes papeles dramáticos, llenos de furia y carácter, (aunque yo guardo un grato recuerdo de su interpretación en la gran comedia "Mujeres" de Cukor). Pero lo comprenderemos muy bien al conocer que este papel estaba escrito para la majestuosa Carole Lombard, (que falleció trágicamente en un accidente de aviación en una gira por el país para vender bonos de guerra) y la Crawford accedió a sustituirla donando íntegramente su salario a la Cruz Roja en un gesto de homenaje por la fallecida.
Aun así no se piensen que los productores se equivocaron al tomar tan precipitada decisión. El papel que debe interpretar se ajusta muy bien a la imagen que tenemos de ella, El de una dura mujer de negocios, fría como un témpano, cerebral y calculadora, al frente de una compañía de transportes que gobierna con mano de hierro.
Melvyn Douglas hace el papel de periodista entrometido, dedicado a denunciar en sus artículos las infamantes condiciones laborales de los trabajadores de sus empresas, causando no pocos quebraderos de cabeza a esta Robocop de mujer, que ve peligrar así el prestigio de su empresa en el país.
Cuando se conozcan saltarán chispas y calambres, pero la mutua antipatía inicial no será una barrera fácil de soslayar aunque nuestro periodista se adjudicará el papel de San Jorge en su lucha contra el dragón, en el ánimo de apagar el fuego que sale de su boca para transformarlo en lindo gatito.
Hay que hacer ciertas concesiones a la época del film que no se corta un pelo en dejar traslucir a través de numerosas frases como "Necesitas un hombre que te domine", (un consejo que le da el doctor a la protagonista) o las numerosas réplicas del protagonista poniendo en duda la feminidad de Crawford como si ello fuera incompatible con el cargo que ostenta al frente de la compañía.
Pero no debemos olvidar la fecha de realización del film cuyos valores eran diferentes y no deberíamos juzgarla con nuestros criterios actuales que, por otra parte, bastante más mortificante me resulta encontrar estos mismos patrones en películas actuales (aunque astutamente disfrazados eso sí) y que nadie parece querer cuestionar.
Así que, quitando estos pequeños matices hijos de su tiempo, la película nos va a agradar considerablemente porque el enredo resulta muy divertido y los diálogos ofrecen unas réplicas, a menudo, agudas y afiladas.
Las actuaciones son enérgicas y bien defendidas por los protagonistas y el elenco que les acompaña no puede ser mejor.
Hay aspectos de esta trama que a mí me ha recordado a ese otro grandioso film "El diablo burlado", por cuanto aquí la Crawford también se infiltrará, como en aquella, entre sus empleados, que le harán abrir los ojos ante nuevas perspectivas.
No puedo dejar de mencionar el rocambolesco baile que se cascará la Crawford ni el derribo de sus defensas la noche de su borrachera, aunque, aquí, no puedo dejar de lamentar la ausencia de Lombard que, creo, lo hubiera hecho mejor.
La Crawford me gusta mucho la mayor parte del film cuando interpreta su papel de dama de hierro. Pero en cuanto se trata de presentar cierta vis cómica o de hacer el ganso, la Lombard se revela imprescindible.
Una cinta muy recomendable que deja buen sabor de boca, a pesar de sus pequeños fallos, y que recomiendo vivamente si quieren pasar un rato agradable y placentero.