La dimensión desconocida: El aterrizaje (TV) (1961)

Un avión de pasajeros aterriza sin nadie a bordo. Un experimentado investigador deberá descubrir qué se esconde detrás de este hecho aparentemente inexplicable.

Episodio con dos partes bien diferenciadas: si bien en la primera se nos presenta un misterio apasionante abordado desde la óptica de una investigación policial, en la segunda mitad todo se desmorona, la trama se vuelve vaga y confusa, el relato pierde toda la tensión que había generado.

Buen papel de Harold J. Stone, notable secundario de grandes películas como “Más dura será la caída” o “El hombre con rayos X en los ojos”.

El cielo es un escenario recurrente en “The Twilight Zone”; a través de él hemos contemplado viajes en el tiempo, desapariciones, monstruos y demás fenómenos extraños. Este capítulo, sin embargo, no figura entre los mejores de este género.

El aterrizaje de un avión sin nadie a bordo ¿Cómo explicarlo? Intrigante. Y mucho. Un magnífico punto de partida para un episodio de esta serie. Misterio. Algo imposible de suceder y que, sin embargo, pasa. Un buen enigma con una única solución. Pero para llegar a ella el espectador lo va a disfrutar.

La investigación de los accidentes aéreos y toda su parafernalia, con la recogida de las piezas del avión, su reconstrucción, ha dado mucho juego en el cine. Porque no suele haber supervivientes que lo cuenten. Así que un caso como el relatado, en el que el avión está indemne, se sale de lo común. Ahí está el quid del asunto. Esa es la sorpresa.

Episodio bien escrito y mejor llevado, de la mano de Boris Sagal, un artesano todo terreno, director de "El último hombre vivo" con Charlon Heston y de teleseries míticas como "Masada" y que se fue muy joven, con 57 años. Un episodio de los que hacen mítica a la "Dimensión desconocida".