Monster from Green Hell (1957)

En los años 50 abundaron las películas de monstruos mutados, procedentes de fauna inofensiva que adquiría tamaños gigantescos. La que dio el pistoletazo de salida fue el clásico "La humanidad en peligro" AKA "Them!" donde unas hormigas gigantes ponían en jaque a la especie humana. Tras ella, se inundaron las pantallas de cangrejos gigantes, pulpos gigantes, pajarracos espaciales gigantes y no se cuantos bichos gigantes más.

Y llegamos a la que tenemos entre manos. Aquí tendremos avispas gigantes. Sin embargo, el desarrollo, que pretende ser original y alejarlo de los EE.UU. y sus desiertos, es pésimo. Un filme muy barato, hecho con numerosas imágenes de archivo y de otros filmes para ambientar una fauna africana en los alrededores de Los Ángeles. de hecho, el clímax final se rodó en el mil-veces-visto Bronson Canyon, que junto a sus cuevas, ha ambientado numerosas películas de este género. Dos días antes vi "The Robot Monster" también rodada allí y conocía todos los relieves de la zona.

Básicamente el filme es una aventura selvática, con sus porteadores y peligros varios, hasta llegar al lugar donde se encuentran las avispas gigantes. Y el viaje se hace pesaaaaado y muuuuuy largo.

Algo fundamental en este tipo de filmes son los efectos especiales y el diseño y construcción del animatrónico correspondiente. Aquí el muñeco es muy rígido y apenas interactúa con los actores. Y los efectos de superposición en paisajes e imágenes son horrorosos y fallan en la escala, por lo que las avispas a veces tienen el tamaño de Godzilla y en otras ocasiones el tamaño de un camión ¿en que quedamos?

Malas interpretaciones, con un Jim Davis que no para de fumar, incluso cuando despierta en un hospital.¡Madre mía, lo que pagarían las compañías de tabaco! Joel Fluellen, actor afroamericano y activista, interpreta a un nativo alejado de los tópicos neocoloniales, lo cual es de agradecer, en un filme con unos personajes tan arquetípicos.

Mediocre film. Fíjense que mi crítica es la primera y los filmes cincuenteros suelen atraer a los aficionados. Pero éste no. Será por algo.