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La década prodigiosa (1971)

La década prodigiosa
104 min.
6,0
344
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Sinopsis
Theo Van Horn (Orson Welles) es un magnate excéntrico que vive en un castillo con su joven esposa Helen, a la que ha cuidado desde que la adoptó en un orfanato. Adopta también un hijo, Charles (Anthony Perkins), que se convierte en un extraño escultor. En esta extraña atmósfera se desarrollará una sórdida historia basada en el secreto, el incesto y el chantaje. (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Drama Romance Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La décade prodigieuse
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia;
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6
Diez días increíbles
Film realizado por Claude Chabrol y escrito por Paul Gégauff con la colaboración de Eugène Archer y Paul Gardner. Adapta la novela "Ten Days Wonder" (1948), de Ellery Queen (pseudónimo de Frederic Danay). Se rueda en exteriores de Colmar (Haut Rhin) y París y en estudio. Producido por André Genovès, se estrena el 1-XII-1971 (Paris).

La acción tiene lugar en una casa de la campiña francesa a lo largo de 10 días de junio de 1970. Theo Van Horn (Orson Welles), de 60 años, es un magnate excéntrico, dominante y misterioso, que se ha casado en segundas nupcias con Helene (Marlène Jobert), a la que había adoptado cuando era niña. También adoptó a Charles (Anthony Perkins).

El film combina elementos de drama, misterio, suspense y crimen. Chabrol se esfuerza en construir una atmósfera densa en torno a la familia, algunos de cuyos miembros se ven sometidos a chantaje por unos desconocidos. La música, la decoración opresiva y la arquitectura cluastrofóbica de la casa, contribuyen a crear un clima inquietante. Se añade la extraña personalidad de Theo, vanidoso y altanero, la fragilidad de Charles y los sucesos extraños que le rodean: se despierta en la habitación de un hotel de Paris, con las manos ensangrentadas y sin recordar lo ocurrido en los últimos días. El aislamiento y soledad de la casa refuerzan el ambiente opresivo. Pese a que el guión estaba escrito en francés, muy a última hora se decide rodar en inglés, lo que da lugar a unos diálogos poco eficientes y con errores de traducción. Protagonizada por actores de postín, Orson Welles concentra la atención por la preminencia de su papel y por su notable interpretación. Las referencias a las inclinaciones pedófilas de Theo y Helene son poco claras. Los desnudos son estáticos y rígidos. El texto contiene numerosas referencias religiosas (diez mandamientos), dedicadas sobre todo a la divinidad. Se mencionan dioses griegos (Zeus), romanos (Júpiter), el israelita (Jehová) y el cristiano (definido por la niña del tren). Incorpora citas cinéfilas dedicadas a Buñuel y Truffaut (pies), Hitchcock (posturas de Perkins tomadas de "Psicosis"), Rupert Julian (capa y sombrero del fantasma de la Ópera) y otras. Añade algunas citas cultas (Brahms y Bach). Diferencia perfección de belleza.

La música, de Pierre Jansen y Dominique Zardi, habituales de Chabrol, presenta un conjunto de melodías dramáticas, cuya variedad se basa en los diferentes instrumentos que las interpretan (cuerdas, viento, marimbas, etc.). La fotografía, de Jean Rabier, hace uso de tomas largas y muy largas, generosos movimientos de cámara con grúa y frecuentes "zooms" de aproximación y alejamiento. En la escena inicial el movimiento de la cámara pone de manifiesto, con sorpresa, que la imagen de Perkins es la de un espejo.

No es la mejor película de Chabrol. Sus limitaciones y carencias no le impiden contener elementos interesantes, en especial para los aficionados al cine del realizador francés.
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18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Chabrol psicótico
Película densa (está cargada de simbología religiosa subvertida y envenenada), misteriosa, agobiante y perversa, extrañamente colorista teniendo en cuenta la turbiedad y la negrura de lo que narra, en la que Anthony Perkins paga con la locura unas tormentosas relaciones con su padre (imponente y señorial Orson Welles), relaciones viciadas por los celos, la opresión religiosa y el sentimiento de culpa.
Si en "Psicosis" era la madre, esta vez le toca al padre ser el elemento desestabilizador del hijo.

Acompañan a Perkins y a Welles un Michel Piccoli algo ausente y una bella Marlène Jobert (madre en la vida real de Eva Green).
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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