La dama perversa (1983)

Faye Dunaway nominada a un Razzie con su papel de Lady Barbara Skelton inaugura una película un tanto desorbitada, dotada de un guión que parece haber sido escrito en el País de las Maravillas por la misma Liebre de Marzo. Nada parece tener verdadero sentido.

Casada con Sir Ralph, un lord adinerado, se debate entre el aburrimiento que resulta de su nueva vida como lady y sus devaneos primero con un caballero, después con un ladrón para acabar volviendo al punto de partida.

El sentido histórico de la aventura se pierde con el histrión que componen el resto de personajes, verdaderamente olvidables y patéticos. El peor talento perdido aquí es Alan Bates, tratado como un muñeco al uso, y John Gielgud, quienes no deberían de haber participado en semejante despropósito. Porque una cosa es que Faye Dunaway haga el ridículo, después de toda fue ganadora ya de un Razzie en 1981 por "Momie Dearest" pero otra que Alan Bates también lo haga.

Incluso el poster promocional de la película ya deja de entrever que los años cincuenta parecen mezclados con los 70 en un estilo de destape de mercadillo mientras los ochenta se les echaron encima y por ello tal vez hicieron el ridículo con esta película.

Queriendo dar un tinte feminista a la pinta de chica mala de Dunaway ya utilizada en Bonnie & Clyde, fallido intento por mostrar coherencia en la vida de estos ladrones dicho sea de paso, el guión exprime a esta actriz hasta la saciedad, no dejando ni una escena en la que no salga su personaje. Tal saturación quedando tan solo libre para mostrar una segunda historia de amor que se superpone a la primera sin mucho sentido más con escenas que pretenden ser la bomba pero no acaban de completar el puzzle hunden la película por completo.

Solo recomendable para quienes quieran ver como una actriz se curra a pulso una nominación a los Razzie.