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Contrastes (1935)

Contrastes
91 min.
6,5
27
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Historia ambientada en el siglo XIX que supuso el debut cinematográfico de Henry Fonda, que previamente había interpretado el mismo papel en la obra de teatro en la que se basa el film. Narra la historia de un granjero que trabaja en el canal para poder así ganar dinero con el que comprar una granja. Allí conoce a la cocinera del barco del canal, y se enamora de ella, pero la mujer no quiere dejar la viajera vida del barco por la rutina de una granja. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Comedia Siglo XIX Vida rural (Norteamérica)
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Farmer Takes a Wife
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
PARA QUEDARSE
Una sencilla película en la que se cuenta una interesante historia proporcionó al joven y debutante H. Fonda la oportunidad de demostrar que llegaba a la pantalla grande con la intención de quedarse para siempre.
Su porte impecable y su actitud sobria ante las cámaras representó una buena carta de presentación.

El largometraje ofrece escenas en que la niebla proporciona una impactante delicadeza visual para que el cosquilleo de un romance pueda aflorar con mayor contraste en un contexto de gente ruda.
Su estilo narrativo es sobrio y eficaz, su ritmo cuidado y la participación de J. Gaynor aporta un componente adicional de frescura interpretativa.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El hombre tranquilo
" El granjero toma una esposa" no es el título de ningún insufrible reality, no se vayan a confundir, sino la designación original de la película que supuso la carta de presentación del grandioso Henry Fonda, uno de los actores más influyentes y de más larga trayectoria de la historia del Cine.
Verle en esta película de hace casi 90 años, se comprende muy bien cómo el papel que recrea en ella, marcaría a fuego una personalidad que ya no le abandonaría el resto de su carrera, en las que sus personajes, invariablemente, representarían al caballero sencillo y tímido pero de firmes convicciones idealistas, templado y tranquilo pero voluntarioso y tenaz. Junto con Gary Cooper y Gregory Peck, creo que conformaría el trío de " The quiet men" de actores de la historia.
Y hablando de " The quiet man", podéis tirarme los trastos a la cabeza pero estoy dispuesto a aceptar toda clase de apuestas en que John Ford se sirvió de parte de la trama de esta película para idear su " El hombre tranquilo", salvando las distancias naturalmente, porque las similitudes entre ellas son más que notorias.
Si esto que cuento no basta para suscitar vuestra curiosidad pasaré a resumir el argumento:
Mediados del siglo XIX. El canal Erie es el orgullo de sus habitantes. Poderosa zanja fluvial abierta con el sudor de sus frentes que transporta mercancías desde el Atlántico hasta buena parte de territorio americano. Una forma de vida y una forma de ser única la de los barqueros que recorren sus aguas a cuatro millas por hora, de una ciudad a otra y de un paisaje a otro.
La noticia de la llegada del ferrocarril y el progreso será recibida con inquietud y desdén por parte de sus habitantes. ¿Esas endemoniadas máquinas les van a quitar el sustento?. ¿Para qué quiere el mundo ir tan deprisa, a 20 millas por hora?.
Henry Fonda es un forastero en busca de empleo en una de esas barcazas. Janet Gaynor, cocinera de uno de los barcos pertenecientes a Charles Bickford, el bruto del pueblo, se sentirá atraída por él pero no le gustará nada saber que Fonda no pretende asentarse allí sino sólo ganar algo de dinero para poder comprar una granja.
La pareja iniciará una especie de romance de lucha de voluntades donde cada uno espera convencer al otro de las ventajas de sus sueños y sus proyectos de vida.
Esta simple y sencilla trama no está muy bien sostenida ya que parece que Fleming no sabía qué hacer con ella y la cinta se va resintiendo mucho al mostrar excesivas escenas reiteradas de " La vida en el canal es mejor...". " No, yo me voy a vivir a una granja". " Yo quiero vivir en el canal", " Pues yo quiero vivir en la granja" que, la verdad, aburre un poquito al no presentar ninguna otra clase de aliciente, aunque los apuntes secundarios aportan un poco de sal a la historia, como la del dentista por ejemplo, aunque tampoco nada excesivamente contundente que nos permita olvidar la indefinición en la que se mueve el film.
Aun así, esa ambientación idealizada y bucólica de un mundo llamado a desaparecer junto con los bosquejos y canciones que la adornan y, por supuesto, la pequeña trama amorosa con pelea final incluida, no conseguirán hacer de esta una gran película pero vuelvo a declarar lo dicho más arriba. Si Ford no se inspiró en esta historia para su " El hombre tranquilo", me como este artículo, ordenador incluido.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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