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Ichi the Killer (2001)

Ichi the Killer
129 min.
6,3
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Tráiler (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Un conocido jefe de la Yakuza (la mafia japonesa) desaparece junto con un botín de 100 millones de yenes. Su mano derecha, el sanguinario y masoquista Kakihara, y el resto del clan, emprenden su búsqueda, ya que no creen que se haya fugado. Para encontrarlo utilizarán todos los métodos que consideren oportunos, ya sea torturando o matando. Así, Kakihara consigue averiguar que lo que pensaban que era una desaparición, es en realidad un asesinato, cometido por un hombre llamado Ichi, un esquizofrénico que cuando pierde el control puede hacer picadillo, literalmente, a cualquiera. Con esto, quiere resarcirse de los traumas de la infancia, aunque lo que consigue es lo contrario. Pero Ichi no está sólo en esta lucha, le acompañan unos repudiados del clan, destacando a Jijii, que es la cabeza del grupo y quien incita al caos que se organiza. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Acción Crimen Yakuza & Triada Gore Manga Live-Action Película de culto
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Koroshiya 1 (Ichi the Killer)
Duración
129 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Japón-Hong Kong-Corea del Sur;
Grupos
Ichi the Killer
Links
3
Una bella película. Preciosa.
He de reconocer que gracias a los gustos por el cine oriental de muchos de los usuarios que escriben en FA, me he animado desde hace unos meses a conocerlo. Tampoco es que me haya dado un atracón, todo sea dicho, sólo me he visto una docena de pelis...

La cultura asiática (si es que se pueden agrupar en una cultura las tropecientas mil vertientes, tan diferentes, de ese continente) era para mí algo absolutamente desconocido. Gracias a esta revisión de películas, principalmente japonesas, ahora la conozco un poco más de cerca (esta es una de las grandes virtudes del cine), y mi ignorancia ya no es tan grande. Entre otras cosas, me ha servido para darme cuenta de que los orientales están mucho peor de la cabeza de lo que yo pensaba.

El cine japonés actual y el de hace unas décadas son radicalmente distintos. Sobre todo en su ritmo narrativo. Se ha rebajado notablemente la teatralidad de sus interpretaciones, aunque no la sobreactuación, que parece que vaya a más, y esas escenas de nipones gateando pidiendo perdón durante 35 minutos no son ya tan habituales como lo eran en el cine de Mizoguchi, por ejemplo. Por otro lado, aunque esto es universal, ha desaparecido el buen gusto. Lo soez, lo escatológico y lo vulgar son una constante del cine policiaco en este nuevo siglo.

De todas formas no voy a criticar que esta película sea asquerosa, pues la debilidad de un estómago no repercute en la calidad de un film. Tampoco discuto que sea de mal gusto, más que nada, porque no es algo que admita discusión.

Y aunque no quiero debatirlo, sí que hay una característica de esta película que me cuesta entender: a ratos parece tomarse las vísceras a broma y a ratos en serio. Lo primero es más restrictivo que lo segundo, con lo que el resultado final es que la violencia se trata con ligereza e incluso humor. Por ello las escenas semidramáticas resultan, cuando menos, absurdas.

A mí, particularmente, las mutilaciones y las torturas no me hacen mucha gracia. No me río cuando a un tío le cortan verticalmente en dos o a una tía le dejan la cara como un mapa. Soy así de soso.


Me gustan tanto los personajes como el guión (aunque sea simplón), pero aborrezco sus imágenes e interpretaciones. Entonces debería darle un 5, pero la música es tan ridícula y chirriante, los planos tan gratuitamente mareantes y la historia tan poquito original, que aunque me gustaría aprobar la obra por ser generosa y no pretenciosa, todo lo que puedo darle es un 3.

No sé si Miike podrá dormir esta noche por culpa de mi suspenso. Bueno, tampoco es que yo haya dormido como un angelito después de contemplar su charcutería visual. En paz quedamos, pues.
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181 de 265 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
No apta para esfínteres incontinentes (crónicos, esporádicos o circunstanciales).
Sí: es cutre, desagradable, grosera, absurda, soez, disparatada, caótica, enfermiza, corrosiva, demente, áspera, insana y psicotrópica.
Y a la vez: desternillante, desvergonzada, fascinante, original, catártica, apasionante, burlona, atrevida, fresca y sumamente divertida.
El cine de Miike raramente deja indiferente: o lo amas o lo detestas. Y yo, aunque soy una humilde iniciada, desde luego me incluyo en el primer grupo, casi a ciegas, e intuyo que pronto me rendiré a sus pies.
Si aún no la habéis visto, os digo desde ya que podéis esperar aberraciones a mansalva. Pero sin especial crudeza… que de eso ya se encargan otro tipo de genios como Park Chan-Wook o Pasolini (e incluso, en esferas más comerciales, paletos como el pesao del Mel Gibson).
La concepción de un superhéroe voayer, pajillero y llorón, al que cada vez que le da una pataleta arde Troya, y de un villano totalmente desquiciado, al que cada vez que fuma le sale el humo hasta por las patillas (y aun así no desiste), es de una frescura y genialidad incuestionables.
Consejo: No la veáis con unas cervezas de más… en la escena en la que a Kakihara se le descuelga la mandíbula poco me faltó para orinarme encima de la risa.
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76 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
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