Ozzy: Rápido y peludo (2016)

¿Sabéis ese tipo de chiste que cuentas y de un principio sabes quien no lo va a pillar? Pues eso mismo es lo que me ha transmitido Ozzy.

Que conste que a mi si me ha gustado, pero no me ha encantado. No es nada original en sus inicios, ya que sabemos por que lado se va a inclinar la historia y sabiendo esto, ya no solo el interés se pierde en los adultos, sino mucho más en unos niños que desean ser sorprendidos.

Sesión de las 18:20, alrededor de 80-90 personas en la sala, en su mayoría parejas adultas con varios niños a su cargo (vi a una que llevaba como a seis) y una vez comenzada la película, comienza el ida y vuelta de gente entrando y buscando su asiento, ¿perdona? ¿Llegas tarde y los demás debemos pagar tu impuntualidad perdiendo parte de la imagen porque te quedas en mitad de la escalera? ¡¡¡ No hijo no !!! Cómprate un reloj con despertador o vete a la siguiente sesión, pero no molestes. La última pareja con niños, entró 20 minutos después de comenzada la película, repito, 20 minutos después.

Al grano que me enrollo como una cortina. Ozzy es una especie de versión perruna de CADENA PERPETUA, con lo cual los niños se encuentran un poco fuera de sitio. No entienden de ataduras, ni de falta de libertad, ni de mala comida, ni de malas contestaciones, ni de fraudes, ni de apuestas, ni de cárceles, ni lo que es un Alcaide...no, son temas de adultos y aunque lo camuflemos de perros y hagamos dibujos animados, seguirá siendo un tema desconocido para ellos.

El termómetro de una película infantil, va directamente proporcional al coñazo que te vaya dando el niño durante la proyección. Me gocé niños hablando continuamente de "espaldas a la pantalla", otros pendientes del móvil de sus aburridos padres (los cuales leían mensajes con la pantalla a tope de brillo), a mi hija la tuve que llevar dos veces al baño...con esto lo resumo todo.

Ozzy es una entretenida película de dibujos animados hechos para los adultos y donde los niños en su gran mayoría la pasarán por alto.

Cinta de animación española dirigida por uno de los directores de la bastante reinvidicable serie Pocoyó, y que sin embargo es bastante pobre en casi todos sus niveles. El diseño no es malo, pero su animación es muy acartonada y lejos del nivel mostrado por el cine animado patrio últimamente (véase la desternillante MyF Contra Jimmy El Cachondo), y el argumento apenas tiene desarrollo de nada, apostando por el sota caballo, rey y contada de forma poco emocionante, a trompicones y con mucha desidia, con golpes de humor fallidos, un pretendido homenaje al cine carcelario que se queda en papel de lata tan básico como engañoso, y personajes sin mucho carisma (aunque algún secundario tiene su punto, como Fronky). Muy floja.