Amanecer negro (1997)

Aunque se le conozca solo por las cuatro pelis de la saga de los tomates asesinos, John de Bello realizó otros dos largometrajes de bajo presupuesto. De hecho, esta fue la última de las seis pelis que dirigió hasta la fecha y llama la atención que no disponga aún de ningún comentario aquí, pese a su presencia en alguna plataforma.

Es la más convencional de todas y la única alejada de la comedia, un thriller de claras resonancias clásicas tanto en su argumento como en su estructura cuyo mayor atractivo es el sabor añejo de una historia que en lo esencial se nos ha contado ya mil veces: detective retirado y algo alcohólico (Lorenzo Lamas) es requerido para volver al servicio y tratar de resolver un caso en que está implicada una hermosa mujer (Catherine Lazo).

Una más de las muchas de serie B que protagonizó por aquella época el pinturero Lamas, tras adquirir notoriedad con Falcon Crest, explotando su condición de sex symbol latino (hasta rodó un anuncio de colchones en que era presentado como "el rey de la cama"), y que aunque no sorprenda está bastante bien rodada. Y hasta es a ratos entretenida.

Eso sí, todo es bastante previsible en el guión del propio De Bello, y pese las referencias al cine y la novela negra clásica -me tuve que acordar de Chandler, del El Sueño Eterno y de El Largo Adios- que están muy presentes en la primera parte, el filme posteriormente se despeña por los caminos de un thriller de acción del montón. Una deriva que no ayuda mucho. Ni tampoco que la banda de narcos sea una especie de secta que basa sus creencias en las religiones precolombinas.

Como en las demás pelis de De Bello, la ciudad de San Diego, cerca de la frontera con México, está presente de un modo u otro en la cinta.