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K Street (Serie de TV) (2003)

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Ficción, documental y realidad
Luego de haber tenido un breve coqueteo con la televisión en los noventa, al dirigir los capítulos The Quiet Room (1993) y The Professional Man (1995) de la serie Fallen Angels (1993-1995), Soderbergh se embarca de la mano de HBO y Section Eight -productora fundada junto a George Clooney- en la realización de una miniserie de televisión que cuenta con 10 capítulos de poco menos de treinta minutos cada uno.

K Street es una importante vía ubicada en Washington D.C., afamada por contar con distintas firmas que realizan cabildeos para ganar votantes, trabajando en campañas con la élite política de este país norteamericano, algunas de estas personas han ganado un estatus casi de superestrellas, llevando incluso su trabajo más allá de sus fronteras, por ejemplo, en Bolivia, Israel, Reino Unido o Canadá.

Dos de estos nombres son James Carville y Mary Matalin, curioso matrimonio de opiniones políticas contrarias que en algún momento hasta se han enfrentado, de hecho, se casaron luego de que Carville hiciera campaña para Bill Clinton y Matalin para la reelección de Bush padre allá por el año 1992, las grandes ligas de lo que se conoce en inglés como Lobbying.

Ambos se interpretan a sí mismos en K Street, son parte de Bergstrom Lowell, una de estas firmas formadoras de campañas, la miniserie sigue su día a día junto con Maggie (Mary McCormack), Tommy (John Slattery) y, el nuevo empleado, Francisco (Roger Guenveur Smith). Soderbergh traslada algunos elementos de Schizopolis (1996) y Full Frontal (2002) para la realización de esta serie: la improvisación, la cámara en mano, escenarios reales, luz natural, entre otros.

Uno de los puntos que más llama la atención de K Street es que, a pesar de contar con un cuerpo argumental, un guion de Henry Bean, en realidad el filme se nutre muchísimo de la improvisación, y de eventos reales que iban aconteciendo la semana previa a la filmación de los capítulos, esto junto con un sinnúmero de cameos proporciona un trabajo de corte experimental donde ficción, documental y realidad se entremezclan.

Esta mezcla se podría decir tiene su punto culmen apenas en el primer capítulo, con la preparación para el debate del político Howard Dean, que participaba en las primarias del partido Demócrata. Pero también en otros episodios se señala la descarga de música ilegal, se menciona repetidamente a Al Qaeda, el apagón de New York del año 2003, entre otros eventos y personajes de la vida real.

A parte de esta exploración en el ámbito laboral, se tiene el aspecto personal de los protagonistas, enfocándose en los que son personajes de ficción: Maggie con su expareja, Tommy con sus encuentros casuales con prostitutas, mientras ambos sospechan de Francisco, que a su vez debe intentar moverse de la mejor forma en su nuevo trabajo, para ganar la confianza de sus pares.

Obra que dentro de la carrera de Steven Soderbergh se ubica como los trabajos más experimentales y con estética descuidada, como un video casero, pero que gana interés por su forma y ejecución, porque siempre deja un halo de misterio alrededor de lo que ocurre a lo interno de la firma que tiene un desenlace desolador.
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