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La bella y el campeón (1988)

La bella y el campeón
104 min.
5,5
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Sinopsis
Crash Davis es un veterano jugador de béisbol contratado por un equipo de segunda fila, "Los Búfalos" de Durham, para que controle a su estrella emergente, el novato Nuke LaLoosh, un buen jugador con poca cabeza que se desmadra en su tiempo libre. La presencia de ambos hombres provocará que Annie Savoy, una fogosa periodista deportiva que cada temporada elige a un jugador para hacerlo su amante, dude sobre hacia cuál de los dos debe decantarse: el veterano o el novato. Ambos tienen cualidades diferentes. Como suele suceder, ellas siempre deciden, y el amor es como el juego: no se trata de ganar o perder, sino de cómo jugar el partido. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Comedia romántica Deporte Béisbol
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Bull Durham
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1988: Nominada al Oscar: Mejor guion original
1988: Globos de Oro: Nom. Mejor actriz comedia o musical (Sarandon) y canción
1988: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor guion. 2 nominaciones
1988: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor guion
1988: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guion original
6
¡Ella decide!
¿Qué tienen en común los jugadores de “baseball” del equipo Bulls de Durham, Crash Davis (Kevin Costner) y Ebby Calvin 'Nuke' LaLoosh (Tim Robbins) con la fanática Annie Savoy (Susan Sarandon)? Crash es un veterano jugador, Ebby un novato lanzador y Annie tiene una frase célebre: “No ha habido un jugador de béisbol que se haya acostado conmigo y no haya tenido la mejor temporada de su carrera". ¡Ella decide!

Con la frase célebre de Annie tenemos una idea de lo que es el film, una disputa por el amor de una mujer, que hoy estoy contigo, pero mañana estoy con él. Tres grandes estrellas del cine, ganadores del Oscar, juntan sus químicas para presentarnos actuaciones de primera fila.

La película tuvo un presupuesto de $7 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $51 millones en EEUU solamente, más $22 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió diez nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales ganó siete de ellos.
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13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Pena y asco
Mi motivo para haberle dado un mísero uno a esta película que seguramente merecería un dos o un tres lo explico en spoiler por si alguien siente curiosidad. Los que no, que lean a partir de aquí.

Puede que la culpa sea mía, que soy irremediablemente sexista, pero hagamos la prueba dándole la vuelta a la situación que se plantea en «Los búfalos de Durham»: cómo nos tomaríamos que un hombre ególatra, narcisista y cuarentón se dedicase a seleccionar cual ganado a una chica, siempre más joven que él, con la que pasar unos meses al año y a la que luego, tras leerle poesía atada a la cama y darle supuestas lecciones de sexo, la dejase sin mayor compromiso. Qué pasaría si ese mismo hombre se llevara a su casa a dos señoritas que han mostrado interés en él y les contase que es justo eso lo que quiere de ellas y que como no sabe por cuál decidirse tendrá que salir con las dos a la vez para ver a quién le hace el favor.

No sé vosotros, pero yo creo que ese señor sería un impresentable a quien cualquier persona con un mínimo de dignidad y respeto hacia sí misma debería mandar a tomar viento y de la que jamás te enamorarías perdidamente. Porque ese ser humano demuestra bajeza, vulgaridad, insensibilidad, egoísmo..., hay algo desagradable en esa forma de tratar a las personas, entre el uso y el paternalismo de quien se cree por encima de los demás. Esto es lo que hace Annie, el repugnante personaje de Susan Sarandon, a quien sin embargo se premia y se ensalza como si fuese la mejor mujer del mundo por el mero hecho de ser una «hombrerieaga» (en paralelismo con «mujeriego») que ni siquiera se da cuenta de lo imbécil y patética que resulta con su comportamiento. Además, nena, si de verdad dudas entre acostarte con Tim Robbins y Kevin Costner es que eres más tonta de lo que suponíamos.

Aunque, atención, que aquí las mujeres son todas unas salidas tremendas, así que la amiga de Annie, la tal Millie, que es la típica rubia-tonta-hija-de-papá, completa el insulto y la indignidad. Esta chica ya supera el límite de lo obsceno y hace gala, no sabemos muy bien con qué intenciones, de la forma más denigrante de libertad sexual acosando, buscando, ofreciéndose y acostándose con, literalmente, todos los jugadores de béisbol que están a su alcance. Si quedase así la cosa, así quedaba, pero no, que la rubia-tonta-objeto-sexual se pregunta llegado el momento eso de «¿tengo derecho a casarme de blanco?». Pero ¿qué narices me estás contando? ¿De qué hablas, niña? Esto no es arrepentimiento porque ¡de qué se van a arrepentir estas mujeres tan superiores y libres al resto!, sino que vuelve a ser una forma de adoctrinamiento igualitario: seas como seas y hagas lo que hagas tenemos que adorarte.

Pues yo siento asco por vosotras y pena de los hombres que os aguanten. La historia, además, es una patochada. Irrelevante desde todos los puntos de vista.
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16 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
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