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The Ice Follies of 1939 (1939)

The Ice Follies of 1939
82 min.
5,3
21
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Sinopsis
Una patinadora sobre hielo pone en peligro su matrimonio cuando se convierte en una estrella de cine. Primera aparición en color de Joan Crawford. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Musical Melodrama Patinaje sobre hielo Cine dentro del cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Ice Follies of 1939
Duración
82 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
3
Patinazo
Larry (James Stewart) y Eddie (Lew Ayres) forman una exitosa pareja de patinaje que lleva años deslumbrando al público. Cuando Larry se enamora de María (Joan Crawford) se empeña en incorporarla a sus espectáculos; pero ella no es una buena patinadora y eso provoca que muchos productores dejen de confiar en el trío. Sin embargo Larry es un optimista incorregible y sueña con que algún día sus ideas artísticas tengan un reconocimiento mayor. De manera accidental María comienza a trabajar como actriz en unos estudios y, en apenas unos meses, se convierte en una gran estrella del cine. Pero esos no eran los planes de Larry; él no soportará dejar de ser el pilar de la pareja y pasar a ser un mantenido.

La MGM tiró la casa por la ventana en la producción y la promoción de esta película. El éxito parecía asegurado: dos grandes estrellas (Stewart y Crawford) en un espectáculo musical basado en grandes números de patinaje (en aquella época, los shows musicales de patinaje eran extraordinariamente aclamados en USA y la gente acudía en masa a verlos). Además, con el reclamo de Joan Crawford interpretando varias canciones y ejecutando varios números sobre el hielo. El cóctel parecía idóneo y la expectación era enorme. Sin embargo, “The Ice Follies of 1939” fue un fracaso absoluto de público y crítica.

Lo que falla en la película es el guión. Trata de ser una comedia romántica ambientada en el mundo del espectáculo pero el guión resulta excesivamente plano, soso y aburrido. La historia adolece por completo de gracia y de emoción. Solo algún diálogo mínimamente chispeante entre los dos protagonistas se salva de la mediocridad general; pero no es suficiente. Los dos protagonistas están bien, pero sus papeles no transmiten nada al espectador. El tono resultante es de un drama sin sentimiento o de una comedia sin gracia.

Además del flojo guión, la película (al menos vista hoy) tiene otro hándicap: el exceso de metraje dedicado a los números de patinaje. El montaje final consta de más de veinte minutos repartidos en dos momentos en los que se enlazan, en cada uno de ellos, varios de números consecutivos. Da la sensación de ser un relleno totalmente independiente de la película que saca al espectador de la historia (ya floja de por sí, como comentaba antes). No tiene mucho sentido porque, para más inri, apenas intervienen los actores en estas larguísimas escenas. Se supone que Stewart interpreta a un patinador genial y no hay ni una sola escena de él sobre la pista de patinaje. La Crawford sí lo intenta, con más pena que gloria. En su momento se vendió la película publicitando que Joan Crawford interpretaría varios números y varias canciones. Pues bien, sus números sobre patines son de una dificultad ínfima y su voz en las canciones fue doblada en la postproducción por una cantante profesional. Esto enfureció mucho a la Crawford, que amenazó con denunciar a los productores (ella había rodado seis canciones y al final dejaron dos y sin su voz).

En definitiva, una película sin alma que desaprovecha la interpretación correcta de dos grandísimos actores.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
J. STEWART Y J. CRAWFORD HACIA EL ESTRELLATO
Bajo la apariencia de un aire superficial y frívolo, en el argumento se dirimen asuntos serios que llegan con facilidad al espectador por su carácter emotivo y por el excelente trabajo de los protagonistas, J. Crawford y J. Stewart, pero también de L. Stone.
Personal e íntima, la historia posee su vertiente exterior que R. Schünzel conduce por el camino de la convicción, de la fluidez narrativa y de un evidente compromiso personal con el relato.
La película resulta muy agradable, dinámica e incluso las coreografías sobre hielo a cargo de The International Ice Follies -preciosas y espectaculares- resultan eficaces para distender el ánimo durante la función.
Y el cambio de la fotografía del blanco y negro -con que comienza el largometraje- al color -con el que termina- añade el encanto cierto de la novedad.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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