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rouse cairos rating:
6
5.5
250
Comedy
After being fired from his job, Norberto tries his luck as a real estate agent, but he doesn't tell his wife right away. His new boss advises him to take an assertiveness course to overcome his shyness, and Norberto starts taking classes in an acting workshop for beginners. While he works toward the quarterly festival, Norberto fails to get his wife and clients to believe anything he says, but he finds out he is very good at lying to himself. [+]
Language of the review:
- es
March 4, 2012
14 of 16 users found this review helpful
La ópera prima de Daniel Hendler cuenta la pequeña historia de un aprendiz de vida que choca tragicómicamente contra el mundo convencional. Norberto es un antihéroe más cómico que trágico, al estilo del Antoine Doinel de Truffaut, que a los treinta y pico no ha encontrado aún su lugar en el mundo. Sin trabajo estable y con una mala relación de pareja, la que encima le exige explicaciones sobre cómo gasta su dinero y su tiempo. Así, en crisis múltiple pero en búsqueda -en principio laboral- devenido a empleado sin sueldo, trabajando a comisión en una inmobiliaria de poca jerarquía, luego de algunas experiencias infructuosas le recomiendan un curso de autoafirmación que lo lleva a cruzarse con una escuela de teatro, donde descubrirá su vocación escondida y un ambiente que realmente lo aprecia y lo contiene. Este proceso no estará exento de situaciones que bordean lo ridículo o la tristeza pero sin caer nunca en ello. Desde la sensación de lo cotidiano, la acción se reduce al mínimo; los golpes de efecto brillan por su ausencia y la trama se entreteje en diálogos aparentemente desprovistos de mayor significado aunque reveladores de las características de los personajes y sus motivaciones.
La película es también un homenaje al teatro chéjoviano, que desdramatiza la tragicidad (sin excluirla), para poner en primer plano a la banalidad cotidiana y la rutina. No es casual que los personajes del elenco estudiantil al que se incorpora Norberto, ensayan escenas de "La Gaviota", un canto a la libertad y una incitación a levantar vuelo hacia el propio rumbo, a pesar de las frustraciones.
La película es también un homenaje al teatro chéjoviano, que desdramatiza la tragicidad (sin excluirla), para poner en primer plano a la banalidad cotidiana y la rutina. No es casual que los personajes del elenco estudiantil al que se incorpora Norberto, ensayan escenas de "La Gaviota", un canto a la libertad y una incitación a levantar vuelo hacia el propio rumbo, a pesar de las frustraciones.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
La aparente farsa de tono ligero encubre su propia tragedia en sordina, tras bastidores, como cuando Norberto cuenta el chiste del aspirante a cantante de ópera, exorcizando su timidez y sus miedos, burlándose de sí mismo en un chiste muy festejado porque ridiculiza la torpeza de un aprendiz de actor.
Los personajes tienden a hablar en circunloquios alrededor de un tema, en lugar de discutirlos expresamente, un concepto conocido como "subtexto" en el teatro de Chejov y que formalmente se expresa aquí en una forma de filmar con mucho acento en la profundidad de campo: cuando Norberto entra al espacio nuevo donde descubrirá su vocación, un cartel sobre una pared reza una afirmación-espejo de lo que sucede al protagonista: "Actuar no es fingir, es encontrar una verdad". Es el caso de este personaje de bajo perfil y levemente patético, pero aún así capaz de patear el tablero para imprimir una nueva orientación a su vida. La película apela en todo momento a tonos neutros y ambiguos, que se mantienen incluso en un final de cierto optimismo. En ese mismo registro se mueve el buen elenco del film.
Aunque la comedia fluye con aceptable naturalidad y un humor ligero (no de carcajada sino de sonrisas insinuadas), su ritmo es desparejo, cae en situaciones reiterativas, y logra entretener y emocionar a medias, moderadamente. Esto la define como una película modesta y no pretenciosa, con planos personales muy bien acompañados por una música agridulce como cuando el personaje se desliza por las callecitas de Montevideo. Probablemente gustará a quienes disfrutan con las películas de la nouvelle vague y sus atmósferas sutilmente poéticas, donde el eje no pasa por lo estrictamente dramático.
Los personajes tienden a hablar en circunloquios alrededor de un tema, en lugar de discutirlos expresamente, un concepto conocido como "subtexto" en el teatro de Chejov y que formalmente se expresa aquí en una forma de filmar con mucho acento en la profundidad de campo: cuando Norberto entra al espacio nuevo donde descubrirá su vocación, un cartel sobre una pared reza una afirmación-espejo de lo que sucede al protagonista: "Actuar no es fingir, es encontrar una verdad". Es el caso de este personaje de bajo perfil y levemente patético, pero aún así capaz de patear el tablero para imprimir una nueva orientación a su vida. La película apela en todo momento a tonos neutros y ambiguos, que se mantienen incluso en un final de cierto optimismo. En ese mismo registro se mueve el buen elenco del film.
Aunque la comedia fluye con aceptable naturalidad y un humor ligero (no de carcajada sino de sonrisas insinuadas), su ritmo es desparejo, cae en situaciones reiterativas, y logra entretener y emocionar a medias, moderadamente. Esto la define como una película modesta y no pretenciosa, con planos personales muy bien acompañados por una música agridulce como cuando el personaje se desliza por las callecitas de Montevideo. Probablemente gustará a quienes disfrutan con las películas de la nouvelle vague y sus atmósferas sutilmente poéticas, donde el eje no pasa por lo estrictamente dramático.