En cuanto comienzas a ver la película, te das cuenta de que Ben Affleck ha visto mucho cine, desde su inicio el filme recuerda a obras maestras del cine que mezcla thriller y política como el filmado durante los años 60 y 70 por autenticos pesos pesados de la dirección como Sidney Lumet, John Frankenheimer o el mismísimo Costa Gavras.
Su magnifico trabajo se va a convertir en un clásico instantáneo, su manejo del ritmo y de la técnica narrativa durante la segunda mitad de la cinta, es francamente increíble, de tal manera que aunque el guión está basado en hechos reales, y puedes conocer la historia original sin mucho esfuerzo, el suspense y la tensión están garantizados hasta el ultimo fotograma.
La elección del cast es formidable, y las interpretaciones de Alan Arkin y John Goodman son soberbias, dignas de Oscar y su aparición en pantalla te deja con la boca abierta.
También merece la pena destacar la excepcional banda sonora compuesta por Alexandre Desplat, con uso de instrumentos autóctonos que ayudan a remarcar la acción.
En definitiva una película con aroma a clásico, un guion que no deja cabos sueltos, y un director que maneja los recursos narrativos a la perfección.
Spoiler:
Cabe destacar la dirección artística, sobre todo la recreación de las calles de Teheran, o la presentación del cartel de Hollywood en ruinas, algo que te llama mucho la atención, por cierto no os perdais en los títulos de crédito el trabajo del diseñador de producción resumido en un par de imágenes.
Del filme me quedo con dos escenas, la toma de localizaciones en el bazar y la pelea consiguiente, y sobre todo el final en el Aeropuerto narrado con una precisión increíble y que conduce a una tensión y suspense desconocidos en el cine actual.