La verdad es que cuando vi la película lo primero que pensé fue "Vaya tomadura de pelo", pero también tuve que reconocer que estaba muy bien hecha. Guggenheim y Gore utilizan los medios digitales y audiovisuales modernos para lanzar un mensaje y conseguir que la gente se lo crea. Un mensaje que el propio Gore no lo practica. ¡Eso es una genialidad!

Gore sigue la máxima de "Haz lo que yo digo, no lo que yo hago". Todo el mundo sabe que derrocha un montón, que es dueño o accionista de industrias hipercontaminantes, que se está forrando aun más vendiendo esta película y dando conferencias y aun así ¡Le dan un premio Nobel!

Creo que desde "El triunfo de la voluntad" o "El acorazado Potemkin" no había visto un ejemplo tan bueno de manipulación. Me descubro ante esta obra maestra que debería figurar en el top ten del cine de propaganda.