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esperanza004 rating:
7
7.0
19,492
Drama
Jim Stark's family has just moved to the suburbs of Los Angeles. He meets Plato, and Judy, whom he likes. He somehow gets mixed up with some tough guys who talk him into participating in their "Chickie run", which involves driving cars towards the edge of a cliff. One of the other boys accidentally dies, and he was Judy's boyfriend. So, Jim, Judy and Plato are forced to hide in an old abandoned mansion to hid from the police and the ... [+]
Language of the review:
- es
March 28, 2011
8 of 9 users found this review helpful
Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955) es un drama psicológico que narra la historia de tres personajes adolescentes a los que caracteriza una actitud rebelde que aparentemente no tiene justificación. Pero sólo aparentemente, pues el filme muestra además la vida familiar y el hogar de cada uno de los protagonistas, donde el espectador puede comprobar que el mal comportamiento y la desobediencia de los tres jóvenes no ha surgido de forma arbitraria ni gratuita, sino que tiene su origen en que se sienten poco escuchados e incomprendidos por parte de sus progenitores. La rebeldía es el único modo que tienen de llamar la atención y reclamar a sus padres el mucho afecto que necesitan y que por culpa de la incomprensión éstos no saben darles.
Por tanto, lo que tienen en común estos tres protagonistas, no es sólo la edad en la que se hallan y su conducta indisciplinada, sino también la causa que la origina, sus fuertes y no satisfechas necesidades afectivas y su inteligencia emocional atormentada. Y si no veamos y analicemos uno por uno los tres casos de conflictividad familiar sobre los que trata el filme:
Jimmy Stark, el chico protagonista interpretado por James Dean, es un joven solitario, taciturno y problemático, al que sus padres han tenido que cambiar en reiteradas ocasiones de instituto debido a sus problemas de conflictividad e insociabilidad. En vez de enfrentarse a las dificultades, cada vez que éstas se presentan los padres de Jimmy se mudan de barrio, con la esperanza de que el cambio de aires y de instituto le siente bien a su atormentado hijo, del que creen que finalmente acabará haciendo amigos e integrándose en el nuevo ambiente.
Jimmy, mucho más inteligente que sus progenitores, no piensa como ellos. Él cree que las mudanzas las idea su madre, quien manda en su casa junto con su abuela, cada vez que se siente insatisfecha consigo misma, utilizándole a él y a sus problemas como escusa. Jimmy odia a su madre y a su abuela por considerarlas personas mentirosas, retorcidas e infelices, y por el control absoluto que ejercen sobre el hogar familiar.
En esta familia (a la que Jimmy llama manicomio), gobernada exclusivamente por mujeres, el padre (o marido, o suegro, según se vea) ocupa un papel secundario. Se trata de un hombre débil, sumiso y cobarde, y eso es lo que le molesta a Jimmy, que desearía tener a un padre fuerte, valiente, decidido y capaz, y no a un idiota esclavizado, que por miedo o por ignorancia nunca sabe contestar a las preguntas que Jimmy le formula y que tampoco sabe, en definitiva, hacer de padre. Para Jimmy, es como si en verdad no tuviese padre, una falta que psicológicamente le hace sufrir y que le desestabiliza emocionalmente.
Por tanto, lo que tienen en común estos tres protagonistas, no es sólo la edad en la que se hallan y su conducta indisciplinada, sino también la causa que la origina, sus fuertes y no satisfechas necesidades afectivas y su inteligencia emocional atormentada. Y si no veamos y analicemos uno por uno los tres casos de conflictividad familiar sobre los que trata el filme:
Jimmy Stark, el chico protagonista interpretado por James Dean, es un joven solitario, taciturno y problemático, al que sus padres han tenido que cambiar en reiteradas ocasiones de instituto debido a sus problemas de conflictividad e insociabilidad. En vez de enfrentarse a las dificultades, cada vez que éstas se presentan los padres de Jimmy se mudan de barrio, con la esperanza de que el cambio de aires y de instituto le siente bien a su atormentado hijo, del que creen que finalmente acabará haciendo amigos e integrándose en el nuevo ambiente.
Jimmy, mucho más inteligente que sus progenitores, no piensa como ellos. Él cree que las mudanzas las idea su madre, quien manda en su casa junto con su abuela, cada vez que se siente insatisfecha consigo misma, utilizándole a él y a sus problemas como escusa. Jimmy odia a su madre y a su abuela por considerarlas personas mentirosas, retorcidas e infelices, y por el control absoluto que ejercen sobre el hogar familiar.
En esta familia (a la que Jimmy llama manicomio), gobernada exclusivamente por mujeres, el padre (o marido, o suegro, según se vea) ocupa un papel secundario. Se trata de un hombre débil, sumiso y cobarde, y eso es lo que le molesta a Jimmy, que desearía tener a un padre fuerte, valiente, decidido y capaz, y no a un idiota esclavizado, que por miedo o por ignorancia nunca sabe contestar a las preguntas que Jimmy le formula y que tampoco sabe, en definitiva, hacer de padre. Para Jimmy, es como si en verdad no tuviese padre, una falta que psicológicamente le hace sufrir y que le desestabiliza emocionalmente.
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Spoiler:
Como en el caso de Jimmy, los problemas de Judy también han sido provocados, principalmente, por su padre. Éste opina que Judy es ya una mujer mayor, y por eso la trata con menos afecto y mayor indiferencia. Además, le dice en ocasiones cosas realmente crueles, como al principio de la película, en la que Judy se escapa de casa y acaba a altas horas de la madrugada rabiosa, abatida y llorando desconsoladamente en un despacho de la policía porque su padre, al verla con un vestido nuevo y con los labios pintados, la ha llamado “sucia buscona” y ha tratado de borrarle brutamente el carmín con sus manazas.
Esta actitud brutal, cruel, insensible del padre hacia la hija, quien se halla sumida de lleno en la difícil etapa vital de la adolescencia, y que por ello se siente confusa, emocionalmente inestable y que necesita sentirse aceptada y querida, atormenta a la pobre Judy. Ella reclama constantemente más amor a su padre, pero éste, posiblemente sin saberlo, la castiga con su indiferencia. Por eso, sintiéndose sola, poco querida, se junta con una pandilla de gamberros, tan desgraciados como ella, con los que canaliza sus insatisfacciones y aplaca su infelicidad mediante la perpetración de actos delictivos. Como su padre es malo con ella, se convierte en una chica mala en el instituto y paga con los demás sus problemas personales.
Pero el peor de todos es el tercer protagonista, Platón, porque su situación personal y familiar es la más desafortunada de las tres. Sus padres, divorciados, le han abandonado, y vive sólo junto con su criada negra. Se siente muy sólo, porque además no tiene amigos en el instituto y es incapaz de hacerlos. Además, mientras los problemas de Jimmy y Judy parecen tener más o menos una solución, y además la adolescencia en la que se encuentran juega un importante papel en ellos, las características psicológicas de Platón y su comportamiento inducen a pensar en que es un perturbado mental, lo cual tiene un difícil arreglo.
Los tres jóvenes se conocen, entablan una extraña relación y juntos buscan su estabilidad emocional, o, lo que es lo mismo, buscan su propia felicidad juvenil, que encontrarán conjunta y momentáneamente.
Por estas historias y las características psicológicas de sus personajes principales, pincelados perfectamente y desde el principio de la película en unas pocas escenas elaboradas con mucho oficio, Rebelde sin causa puede considerarse como una mirada objetiva y justa al mundo de la adolescencia, y constituye sin duda, además de un clásico indiscutible de la historia del cine (nominada a tres Óscar en su momento), un magnífico retrato sociológico de la juventud de toda una época (o de todas), una juventud siempre rebelde sin causa (aparente).
Esta actitud brutal, cruel, insensible del padre hacia la hija, quien se halla sumida de lleno en la difícil etapa vital de la adolescencia, y que por ello se siente confusa, emocionalmente inestable y que necesita sentirse aceptada y querida, atormenta a la pobre Judy. Ella reclama constantemente más amor a su padre, pero éste, posiblemente sin saberlo, la castiga con su indiferencia. Por eso, sintiéndose sola, poco querida, se junta con una pandilla de gamberros, tan desgraciados como ella, con los que canaliza sus insatisfacciones y aplaca su infelicidad mediante la perpetración de actos delictivos. Como su padre es malo con ella, se convierte en una chica mala en el instituto y paga con los demás sus problemas personales.
Pero el peor de todos es el tercer protagonista, Platón, porque su situación personal y familiar es la más desafortunada de las tres. Sus padres, divorciados, le han abandonado, y vive sólo junto con su criada negra. Se siente muy sólo, porque además no tiene amigos en el instituto y es incapaz de hacerlos. Además, mientras los problemas de Jimmy y Judy parecen tener más o menos una solución, y además la adolescencia en la que se encuentran juega un importante papel en ellos, las características psicológicas de Platón y su comportamiento inducen a pensar en que es un perturbado mental, lo cual tiene un difícil arreglo.
Los tres jóvenes se conocen, entablan una extraña relación y juntos buscan su estabilidad emocional, o, lo que es lo mismo, buscan su propia felicidad juvenil, que encontrarán conjunta y momentáneamente.
Por estas historias y las características psicológicas de sus personajes principales, pincelados perfectamente y desde el principio de la película en unas pocas escenas elaboradas con mucho oficio, Rebelde sin causa puede considerarse como una mirada objetiva y justa al mundo de la adolescencia, y constituye sin duda, además de un clásico indiscutible de la historia del cine (nominada a tres Óscar en su momento), un magnífico retrato sociológico de la juventud de toda una época (o de todas), una juventud siempre rebelde sin causa (aparente).