Besa el suelo (2020)

Si como afirma este notable documental hay aún esperanza de revertir la desertificación, proceso especialmente intenso en la península ibérica, deberíamos todos dirigir nuestras energías hacia esa meta, y no solo por el enorme beneficio que obtendría nuestro bienestar general, sino también por el hecho de que también revertiría esta tendencia ya secular de utilizar la inteligencia humana casi exclusivamente para asuntos puramente crematísticos, lo cual implica secuestrar dicha inteligencia de su objeto principal, que para mí sería la posibilidad de que cada ser pensante, en virtud de una libertad conquistada, arrancada de las zarpas de los agentes de instrumentalización de la naturaleza en cualquiera de sus formas, alcanzara su propio potencial creativo e intelectivo.

No es común ver documentales de ecologismo con tanta base en ecología como este. Sin duda, la aproximación más completa que he visto al "problema" del carbono atmosférico.

Hasta el momento, el debate mainstream se ha centrado en las emisiones de CO2 de origen antrópico, sin embargo, ¿Cuál es la solución? La propuesta convencional ha sido crear tecnologías (dependientes directa o indirectamente de combustibles fósiles) llamadas energías renovables (el sol es renovable, las placas solares no).
Sin embargo, este documental plantea una solución tan sencilla, pero difícil de entender en estos tiempos tecnocráticos, como es cooperar con la naturaleza. La fuente de inspiración es el funcionamiento de un ecosistema sano y el "problema" de repente es la solución. Siempre ha estado ahí, un ciclo invisible al ojo humano, pero esencial para el desarrollo y la sostenibilidad de cualquier especie del planeta.

Dentro del ecologismo hegemónico, existe un visión profundamente misántropa. El conservacionismo nos insiste en que debemos pasar "sin dejar huella" porque destruimos a cada paso que damos. Lo que propone este documental es pasar dejando "una huella positiva". No solo reducir nuestras emisiones de CO2 a la atmósfera, sino capturarlo. El homo sapiens es eficaz destruyendo la naturaleza, pero también tiene la excelente capacidad de regenerarla.

Me ilusiona ver que el ecologismo mainstream aborda estos temas. Ojalá en algún momento exista la voluntad política de regenerar suelos a gran escala.