Lento film dramático, eliminado por tres strikes, sin posibilidad de llegar a la primera base del corazón humano.

La trama, un jugador de béisbol prepotente con problemas de adicción al alcohol, que vuelve a su pueblo natal, sobre el papel es muy interesante, pero tiene fallos, muchos, demasiados.

Las actuaciones son pésimas, difíciles de tragar, carentes de sentimientos y sobre todo, el saber leer un trozo de papel no le da a uno el derecho de llamarse actor.

El guion, típico, no deja de ser simplón, lleno de situaciones cliché, y con momentos estelares más vistos que las reposiciones de V.

El resto de los elementos, destaca la fotografía, bastante memorable para el este film, cálida a la vez que dura, pero no hay mucho más que destacar, ya que la música y la dirección se mantienen a la par de un aprobado raspado, aunque a la hora de montar el film, se olvidaron de que entre escena y escena, debe haber cierta conexión o ritmo, y aquí parece que las escenas se montaron una tras otra sin nada de ello.



En fin, no deja de ser un film del enorme montón desechable de estos tiempos.