November 3, 2007
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De sensibilidad y evitar herir susceptibilidades es un arte que no cualquiera posee, solo gente como Alain Berliner, director de esta producción belga, preocupado por filmar la vida de Ludovic y su familia, quienes en conjunto son señalados y agredidos por la preferencia sexual de su hijo menor. El mundo de Ludovic es incomprendido, la gente a su alrededor trata de “enderezar” su conducta y a la vez es burlado ante su eminente apariencia.
Berliner y Chris Vander definen la personalidad de Ludovic, mientras que el niño (para ese entonces) Georges Du Fresne tomo el reto por encarnarlo y mostrarse ante la cámara como el niño con gusto por la ropa y corte de cabello femenino, las muñecas como juguete predilecto, las figuras aspiracionales o su gusto por los niños. Los guionistas superan solo el gusto y motivan a partir de los otros personajes la búsqueda explicaciones en el niño, encontrando respuestas ingenuas lo más recóndito acerca su condición masculina.
Mi vida en rosa sí es una producción cuidada, con una exposición de la intolerancia en todas las edades, que puede servir de apertura y que fomente el respeto hacia el que difiere en gustos.
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