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Voto de Sinhué:
6
6 de noviembre de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cinta triunfadora en la 63 Seminci (Película, Director y Actor) hubiera sido una de las más anodinas de esta edición si no hubiera sido por los premios. De hecho el Teatro Calderón recibió de cascos (pataleo vergonzante) al artífice canadiense de la película; pienso yo que si alguien disconforme hubiera querido protestar debería haberlo hecho con los miembros del jurado y no con el pobre hombre que vino de tan lejos a presentar su trabajo. Nunca me ha parecido, lo de emberrenchinarse, una actitud socialmente justificable ni evaluable; el aplauso o la ausencia del mismo son medidores más educados y razonables.
Philippe Lesage nos hizo saber que Genese era una recopilación biográfica de momentos de su vida que quería compartir con el espectador. La pureza del sentimiento del amor va degradándose en función de la edad del protagonista, en este caso jóvenes de 14, 16 y 18 años, que pueden pasar del embriagador néctar de la inocencia al amargo cáliz de la experiencia. Nada que no nos parezca obvio y de dominio público; contado además desde una óptica que no añade nada nuevo a un tema tan conocido cual es el del despertar en ese lugar repleto de miel y de picotazos, o sea, en esa colmena erótica-afectiva de la adolescencia.
El relato, que comienza con una explosividad alentadora, gracias a un tema musical popular de mucha enjundia, va decreciendo en intensidad, para acabar en un oleaje de lavabo.
Philippe Lesage nos hizo saber que Genese era una recopilación biográfica de momentos de su vida que quería compartir con el espectador. La pureza del sentimiento del amor va degradándose en función de la edad del protagonista, en este caso jóvenes de 14, 16 y 18 años, que pueden pasar del embriagador néctar de la inocencia al amargo cáliz de la experiencia. Nada que no nos parezca obvio y de dominio público; contado además desde una óptica que no añade nada nuevo a un tema tan conocido cual es el del despertar en ese lugar repleto de miel y de picotazos, o sea, en esa colmena erótica-afectiva de la adolescencia.
El relato, que comienza con una explosividad alentadora, gracias a un tema musical popular de mucha enjundia, va decreciendo en intensidad, para acabar en un oleaje de lavabo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No alcanzo a entender la intencionalidad de Philippe en la numeración de las historias. De seguir un orden cronológico, habríamos conseguido un todo más dinámico y el final nos hubiera satisfecho más. Aunque solo sea por costumbre estamos acostumbrados a que la tarta y el café vienen los últimos.
De cualquier manera la idea está clara, pero en el ejercicio de narrar es importante la habilidad de seducción del cuentista.
De cualquier manera la idea está clara, pero en el ejercicio de narrar es importante la habilidad de seducción del cuentista.