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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Thriller. Drama El dueño de una peluquería canina a las afueras de Roma se deja influenciar por un delincuente local hasta que su vida personal se complica y decide tomar las riendas de la situación. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2018
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la 63 Seminci me sucedió, como espectador, algo que siendo normal en la inmensidad del mundo cinematográfico no deja de ser extraño; es la orfandad, más común de lo que pueda parecer, que siente el seguidor de pago de un certamen cuando, si el palmarés fuera una quiniela, el número de aciertos se limitara a tres. Este año en Valladolid los premios han estado tan alejados de mis expectativas que de no ser porque cada vez tengo más claro que esta disciplina, además de huir de la competición, aborrece las reglas y los exámenes, y solo está interesada por el cuerpo a cuerpo con los que habitan cada una de las butacas, me hubiera visto obligado a hacerme el harakiri en medio del pasillo central del Teatro Calderón. La película que me toca destripar ha sido mi favorita en esta edición y no ha recibido ni un solo galardón.

Pienso que Dogman es un gran alegato a favor de la dignidad que posee todo ser humano, incluidos aquellos que parecen haber cambiado al nacer esta cualidad por unas generosas dosis de estulticia.
Un hombre, aunque sea un cuidador de perros en un barrio de pícaros supervivientes, tiene sus códigos que no conviene pisotear repetidamente, ya que las reacciones de los candorosos y pacíficos suelen acabar en increíbles resultados, ¿verdad Sam Peckinpah?.
Los violentos, matones, descerebrados cocainómanos, no sorprenden a nadie; por contra, quienes han tenido muy difícil en la vida ganarse el respeto dentro de su círculo social y familiar, pueden exigir no ser despojados de ese reconocimiento. El que poco posee es más tozudo en su defensa.

Matteo Garrone nos vuelve a llevar de la mano, como ya hiciera en Gomorra, por grises lugares, pantanos de barro, playas sin arena y casas descascarilladas. Y nos presenta personajes que son verdaderos artistas, porque es un arte vivir donde y como ellos lo hacen. Ni siquiera son conscientes de que les cuelga, de la coronilla al talón, la etiqueta de perdedores, tan ocupados están en el día a día. Aunque los más ilusos sueñen en bucear alguna vez en aguas cristalinas.

Impagable hallazgo el de Marcello Fonte que debió ganar en la ciudad del Pisuerga el premio de interpretación masculina, como ya lo había hecho en el Festival de Cannes.
Sinhué
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