Hay diversad películas de animación que son meros cuentos infantiles, basados en unas normas estéticas y narrativas anquilosadas en el pasado. Pixar rompió esa tendencia hace años con Toy Story, y a cada película que han hecho se han ido superando con el paso del tiempo. Monstruos SA es otra muestra de la supremacía de Pixar en el reino de la animación por ordenador, no tanto por la técnica, que también, si no por que destaca las historias humanas que cuentan, con un gran mensaje que aquellos que consideren que es una mera película infantil no verán.

Podría parecer una pueril historia sensiblera con escenas de lágrima fácil y de personajes que busquen la complicidad con el espectador mediante trucos baratos como miraditas tiernas y demás sensiblerías de telenovela. Pero Pixar tiene a los mejores guionistas del campo de la animación de hoy en día. Son capaces de dotar a personajes que habitualmente serían planos y estereotipados de unos sentimientos y unas emociones que llegan al espectador de forma directa. Pero el discurso que transmite es lo que destaca por encima de todo. Cuando unos hablan de películas sobre la caverna de Platón, siempre sale Matrix. Pues esta película esta al mismo nivel, debido a lo que cuenta. Todos los monstruos viven engañados en manos de un jefazo que, por el beneficio económico, es capaz de hacer daño a niños inocentes, usando a sus asustadores como herramientas para lograr ganancias. Una sociedad que vive engañada y que, irónicamente, tiene miedo, no sólo a los humanos, si no particularmente a los pequeños niños, y viendo sus caras angelicales resulta cuando menos absurdo. Como en tantas otras películas, retrata una sociedad cimentada en la mentira y en el control de los poderosos. Y también del cariño que puede surgir entre las personas, y la necesidad de la amistad en nuestras vidas, como la que hay entre Sulli y Mike... y bueno, la pequeño Boo, que es uno de esos personajes adorables ante los que el espectador sólo puede sentir ternura. Y cómo no, el ingrediente del humor, tan necesario en este tipo de películas, y yo particularmente no paré de reír en toda la película.

Quizás sin ser la mejor de Pixar, es otra muestra del talento de la compañía de Lasseter, y de la dependencia de Disney con esta empresa, capaz de dotarle de beneficios y de calidad en su actual crisis de ideas. Es de agradecer que se consiga realizar hoy en día fábulas tan maravillosas y entretenidas como estas, y que nos recuerdan a nuestro niño interior, cuando todos teníamos miedo a la oscuridad y a que algo saliera del armario ( yo particularmente, a los gremlings )