25 años después del estreno de la primera Muñeco Diabólico, Chucky vuelve a producir miedo. La cinta arranca muy deprisa cuando Nica (Fiona Dourif) recibe un extraño paquete por mensajería que contiene un muñeco Good Guy. Por supuesto los crímenes no tardarán en producirse, y es que Chucky siente una especial aversión por las familias felices, y todos estos pintorescos personajes serán sus víctimas perfectas.

En muchos de los asesinatos de Chucky contemplamos homenajes a cintas clásicas del terror. La ambientación también es muy clásica, en una mansión tétrica, con todo lujo de detalles y mucha oscuridad, además, y como no podía ser de otro modo, también les acompaña un fuerte tormenta que hará que la luz de los rayos se cuele a través de las ventanas en numerosas ocasiones.

Durante la película también se nos aporta más información sobre el estrangulador Charles Lee Ray y los hechos que acontecieron cuando fue tiroteado en la juguetería en los años 80. Aparte de numerosas sorpresas que el director Don Mancini nos ha preparado y que hará que no podamos despegarnos de la pantalla hasta que finalicen la totalidad de los créditos.

Una cinta que rescata el espíritu de las primeras cintas de Chucky, sin llegar a superarlas, pero al menos se aprecia bastante interés por parte del director de satisfacer a los fans de la saga y de reabrir de nuevo la historia.

Lo mejor: la escena post créditos.
Lo peor: que no se haya estrenado en cines.