El regreso de Ethan Hawke a la realización pasa por ser un interesante drama en torno a una relación sentimental y a las complejidades que trae consigo la formación de ese ente conjunto. Hawke salva la función sobre todo en base a un acertado tono en los diálogos, a un acertadísimo Mark Webber y a que además de como guionista también tiene sus bondades como realizador. En cambio la primera hora se me antoja excesiva, yo diría que hasta empalagosa en su tramo final y que después acusa una cierta indefinición en esos terrenos espinosos y resbaladizos del drama más que evidente que se avecina. Muchos directores de primerísimo nivel han entrado a saco por las puertas más dolorosas de las relaciones sentimentales, algunos de ellos parecían no tener ninguna respuesta pero dejaban muchas y condenadas preguntas en el aire. A Hawke tal vez le falte garra para ser un Cassavetes o un Bergman pero sacude lo suyo en su parte final y salva el desajuste argumental en el que nos sumerge cuando transita por la ruta más evidente. Sandino Moreno no parece la mejor elección de casting pero está correcta. Hawke se podría haber evitado salir delante de la pantalla también pero no se puede aguantar. En resumen este "estado más caliente" es un film aconsejable, tal vez demasiado largo, pero que al menos destaca algo sobre la media de películas de su género, tipo o clase.