Marco Lopez (Alban Lenoir) es un skinhead de extrema derecha, la película sigue su historia desde mediados de los años 90 hasta el presente, una historia llena de violencia como militante de esta agresiva subcultura en Francia, llena de inmigrantes a los que odian y homosexuales a quienes golpean, también se ensañan con alguna otra subcultura, como por ejemplo los punks.

Durante los poco más de 90 minutos de metraje se va mostrando la evolución de este hombre, no como skinhead sino como persona, como diversas situaciones con amistades suyas y otras tantas alrededor de su contexto van transformando su pensar, su forma de ser, ¿madurez? ¿O darse cuenta que lo que hacía no tenía sentido alguno?

Fácilmente se pueden identificar dos partes claramente diferenciadas, la primera donde se muestran las gamberradas de Lopez y compañía, siendo por mucho el punto más alto del largometraje, la segunda, es cuando comienza a cambiar su actitud, donde el realizador quien también funge como guionista parece apresurar en demasía el relato, queriendo abarcar una gran cantidad de años en poco tiempo.

Siendo esta segunda parte, un segmento donde las ideas se exponen pero no se adentra en los personajes, tampoco ayuda que dicho avance entre años en ningún momento se nos explique o contextualice, en ese sentido faltó pulir el trabajo. Por el contrario las andanzas como skinhead están mucho mejor representadas, además, hay varias secuencias de peleas muy bien conseguidas, uno de los puntos más altos en la película.

De esta forma, Un Français se queda corta, las intenciones de Diastème se entienden pero no las materializa de la mejor forma, y es una pena porque la trama es interesante y cinematográficamente está muy bien hecha, además que el elenco está muy bien, en especial el protagonista. La recomienda, a medias.