Al salir del colegio cinco amigas decidieron hacer reuniones año a año, mes a mes, para compartir sus vivencias. Han pasado sesenta años desde que eran unas adolescentes, ahora, convertidas en unas mujeres de avanzada edad, continúan viéndose en reuniones mensuales en casa de alguna de ellas, donde tienen un verdadero festín, cada tanto asisten a paseos donde comparten aún más.

La once se enfoca en estas cinco ancianas, sin duda, a pesar de las diferencias representan un sinónimo de amistad. Lo primero que hace la realizadora es presentar a cada una, enmarcando la personalidad de ella, desde ese instante nos conquistan. Bueno, desde antes, cuando con unos super planos detalle enfoca la cámara en las delicias que estas mujeres comen en sus fiestas: mini sándwiches y postres dulces, un exceso, un antojo.

El film se desarrolla casi por completo en primeros planos de las protagonistas, esto durante las reuniones, sin importar que se salgan de cuadro en algún instante. Alberdi logra con esto una enorme inmersión en cada una de ellas, en lo que dicen y en lo que hablan, en anécdotas llenas de sabiduría u otras más divertidas y en sus comentarios sobre la sociedad en la actualidad.

Pero La once retrata también el inexorable paso del tiempo en la vida del ser humano, motivo por el cual se habla repetidamente sobre la muerte, ya sea por el fallecimiento de ex compañeros, conocidos o algún cónyuge, además sobre alguna enfermedad que padecen. Pero a pesar de esto, estas ancianas que fácilmente se ganan el espectador no pierden nunca la sonrisa.

A destacar el trabajo de montaje a cargo de Sebastián Brahm y Juan Eduardo Murillo, que le dan un gran sentido a la film y consiguen lo que la directora quiso transmitir, las secuencias están muy bien armadas dentro de la interacción que están teniendo los personajes sobre lo que hablan, recordando que son siempre primeros planos.

La once sorprende porque, al menos yo, jamás pensaría que me fuera a encantar tanto este trabajo, quién iba a pensar que sentarse por setenta minutos a ver hablar e interactuar a un grupo de ancianas iba a ser tan agradable. Divertidísima, que nos mete de lleno, muy bien filmada, una gran labor de la directora, un muy buen documental.