Es oír "nueva serie española de humor" y, por lo general, echarme a temblar vistos los antecedentes. No obstante, por la buena publicidad que le ha dado Movistar a este producto, sin cansar y con varias bromas bastante graciosas, me animé a verla.

Y, como digo en el título, está mejor de lo que me esperaba. Se nota que es una producción de bajo presupuesto pero consigue lo que pretende. Conjuga que sientas vergüenza ajena por el personaje de Javier Gutiérrez pero, a la vez, terminas de ver un capítulo y quieres más. Te engancha la narración de su día a día y las ocurrencias que le pasan. Merecidísimo el Premio Feroz a mejor actor, desde mi punto de vista.

Dicho esto, creo que tendrá el problema de enfrentarse a la evolución dramática que pide toda serie que no sea de capítulos autoconclusivos. Es decir, por explicarme mejor, en la serie House (por ejemplo) lo interesante eran la resolución de los casos y las respuestas bordes del doctor. También, quizá, la relación con Wilson. Pero cuando te empezaban a contar cosas personales de Cuddy, Chase, Cameron o Foreman uno se queda con cara de "qué me estás contando". Aunque claro, si no introduces conflicto íntimo una vez has visto 10 capítulos es como si hubieras visto todos. Pues eso creo que es lo que le puede pasar a esta serie, si la alargan.

En resumen, se hace amena de ver y es divertida.