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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
7
Thriller. Drama Frank trabaja como camello para Milo, un gángster al que debe 10.000 dólares. Cuando Milo le exige que pague su deuda, Frank se embarca en una operación de gran envergadura, pero la policía se incauta de la mercancía. Milo pierde la paciencia y está dispuesto a cobrar como sea; así que Frank se lanza frenéticamente a la búsqueda del dinero. (FILMAFFINITY)
8 de octubre de 2011
41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nicolas Winding Refn empezó su filmografía con Pusher, película que acabaría formando una trilogía. En este magno proyecto, el danés se propone retratar la Dinamarca más oscura: la que concierne al tráfico de drogas, a la propia drogadicción, a la corrupción. Sus personajes no conocen otro código que no sea el de la lucha, la pistola en mano y las transacciones ilegales. Los códigos de honor y amistad no existen: cualquiera es válido si puede salvarnos de un apuro, darnos dinero, cubrirnos las espaldas cuando las cosas se ponen chungas. Son seres irreflexivos que no miden las consecuencias de sus actos: entran 'partiendo la pana' y 'liándose a leches' con quien haga falta, cuando haga falta, en donde se precise. No hay posibilidad de aprendizaje, de reinserción, de retorno a la senda correcta, por lo que los caminos de sus personajes siempre son rampas empinadas y resbaladizas que acaban a las puertas del mismísimo infierno. Propuestas que sacuden, que en algunos momentos llegan a ser tan trepidantes como el mejor cine negro norteamericano, y que sobre todo nos proponen un cine totalmente diferente al que se suele hacer en Europa.

La primera parte de Pusher se construye sobre una cuenta atrás, el tiempo que tiene Frank para devolver un dinero que no tiene después de que la policía lo pillase en medio de una operación ilegal importante. Winding Refn intimida y persigue el personaje hasta verlo totalmente desquiciado, y el espectador se deja contagiar por el mismo nervio. Pusher es un viaje a un túnel cada vez más oscuro. El personaje ha construido a su alrededor un mundo tan podrido que ahora, sin bote salvavidas, se ahoga poco a poco sin nadie a quien llamar a la puerta, yendo de un extremo a otro de la ciudad sin rumbo fijo, comiéndose las uñas, mirando obsesivamente el reloj. Un extraño de sí mismo. Un antihéroe. Un miserable.

Pusher funciona: la acción se centra en el camello amenazado de muerte y en parte uno desea que todo se arregle para Frank. Pero a la vez Winding Refn objetiviza su relato y dibuja a una bestia hacia la que sólo puede sentirse asco y pena. Pusher explica la semana de una agonía. El fluir del agua que acaba engullida por el fregadero. El bajar de la basura a punto de ser triturada, machacada y transformada en algo todavía más inerte. Brutal y descorazonadora, asquerosa cuando debe serlo, Pusher es la película más compleja, el divertimento más endiablado de toda la filmografía de Winding Refn. También la mejor de la trilogía. Hay que verla.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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